El Laboratorio Climatológico Sudamericano predice un estado de sequía en el centro de Sudamérica por el efecto de La Niña, lo que se traduciría en meses secos desde setiembre a noviembre para el área granelera de Paraguay. De diciembre de 2022 a febrero de 2023 se espera una condición similar a lo largo del este del territorio nacional, indicó a Nación Productiva el Dr. Cs. Meteorológicas Juan Leónidas Minetti, director general de la institución.

 

Luego de profundizar las investigaciones mediante pronósticos estacionales para la campaña agrícola 2022-2023, el director del Laboratorio Climatológico Sudamericano estimó que entre setiembre y noviembre de este año habría una sequía en el sudeste de Paraguay, que es la zona granelera.

 

Durante el programa Nación Productiva, emitido los domingos a las 20:00 en canal PRO, el experto en climatología resaltó que, en general, habría dos a tres meses secos sobre el área granelera del país, mientras que en el occidente o Chaco se pronostica un solo mes seco dentro de la primavera, específicamente en noviembre. “En la zona semiárida de Paraguay tendríamos solo un mes seco y nos dice que la sequía es más complicada para la primavera en el este más que en el oeste”, mencionó Minetti.

 

Sobre el comportamiento del clima en los próximos meses, explicó que al inicio de setiembre, las condiciones de humedad llegarían del océano Atlántico hacia el corazón de Sudamérica, por lo que se espera mayor nubosidad y precipitaciones en la primera quincena, mientras que a finales de ese mes se prevé un frío intenso y seco.

 

Por otra parte, durante la primera y segunda quincena de octubre se tendría de vuelta una alta probabilidad de lluvias. “Probablemente, sean las mejores lluvias de la primavera, donde habrá bastante nubosidad y temperaturas nocturnas elevadas por la humedad”, precisó.

 

Explicó que al final de noviembre entrarían de vuelta las condiciones de sequía y se registraría una caída considerable en la probabilidad de precipitaciones.

 

Con relación a la recarga de agua en el suelo cerca del inicio de la zafra agrícola 2022/23, que empieza oficialmente en setiembre, indicó que los índices verdes revelan condiciones de estrés hídrico marcado sobre el oeste de Paraguay e irregulares en la zona de Misiones, aunque se podrán observar mejores condiciones hídricas en el centro del país. Precisó que, en general, la recarga hídrica será más limitada como para hacer funcionar los procesos de germinación en el inicio de la actividad agrícola.

 

Por otro lado, acotó que el siguiente pronóstico estacional, de diciembre de 2022 a febrero de 2023, revela que la sequía seguiría en la zona este de Paraguay, pero crecerían las lluvias en el centro del territorio paraguayo y en zonas semiáridas.

 

Comentó que, aparentemente, ocurriría una mayor sequía al inicio de diciembre, pero más lluvias durante la segunda quincena del mismo mes, mientras que en enero de 2023 se presentarían nuevamente condiciones secas en nuestro país.

 

El profesional dijo que dentro de los predictores de largo plazo que utiliza el Laboratorio Climatológico Sudamericano se ven oscilaciones de largo aliento. Señaló que las situaciones de sequía están asociadas a golpes de calor e incendios de bosques y pastizales. “Estamos en la etapa donde se generaría mayor fuego en Paraguay, Bolivia, sur de Brasil y norte de Argentina”, acotó.

 

A diferencia de los periodos de lluvias, explicó que La Niña es más persistente en su área de acción. En general, indicó que este fenómeno deja seca la primavera y genera mejores lluvias en el verano.

 

Los resultados de vigilancia climática muestran que es una “Niña clásica”, mientras que en los años anteriores se ubicaba en una oscilación no definida, expresó.

 

En su explicación, se destacó que La Niña y El Niño son variables que se pronostican en algunas zonas geográficas durante el invierno y la primavera, ya que son periodos de mayor impacto. Por otra parte, insistió en prestar atención a la vigilancia climática para conocer la intensidad del fenómeno.

 

“Lo vamos a ver en la salida de los ríos Paraná y Paraguay, que son salidas de balance hídrico de toda la región”, subrayó.

 

Enfatizó que desde la institución se han desarrollado modelos para las proyecciones de precipitaciones, pero lo mejor que se debe hacer es elaborar un buen diagnóstico. El laboratorio emite informes de forma mensual para analizar la evolución del pronóstico y toman cerca de 22 predictores sobre diferentes puntos geográficos.

 

Por último, indicó que los pronósticos intraestacionales son útiles para los sistemas de manejos de los cultivos, por lo que recalcó que es una de las herramientas más importantes.