En la totalidad de la superficie sembrada en la campaña 2020/21 de soja y maíz GM en Paraguay la aplicación de fitosanitarios se redujo casi 15 000 toneladas, respecto al uso de agroquímicos en materiales convencionales, según se desprende del libro “Cultivos Genéticamente Modificados (GM) en la agricultura paraguaya”, elaborado por el Instituto de Biotecnología Agrícola (Inbio).

 

El libro del el Inbio “Cultivos Genéticamente Modificados (GM) en la agricultura paraguaya”, publicado en noviembre de 2022, destaca que la adopción masiva de los organismos genéticamente modificados (OGM) en Paraguay generó múltiples beneficios en el ambiente y en la economía. Se resalta que durante la campaña 2020/21 la utilización de fitosanitarios se redujo 10 405 toneladas por hectárea gracias a la soja GM y 4339 toneladas tras la siembra de maíz GM.

 

En el libro, que contó con el apoyo de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires y el Instituto para las Negociaciones Agrícolas Internacionales, Fundación (INAI), el Inbio analizó el impacto del uso de fitosanitarios (en kg de ingrediente activo) y el cálculo del Cociente de Impacto Ambiental (EIQ), que dio como resultado un amplio ahorro en la utilización de herbicidas, insecticidas y fungicidas en los materiales genéticamente modificados de soja y maíz que fueron adoptados en nuestro país.

 

SOJA. Dentro de su análisis sobre el uso de fitosanitarios en soja, el documento indica que la tecnología RR2 disminuye 56 % la utilización de fitosanitarios en el indicador de efecto ambiental, mientras que la soja GM RR tiene casi 5 % menos de toxicidad agregada, en comparación con las semillas no GM.

 

Al comparar el impacto de las semillas GM RR2 y no GM, el estudio revela que la semilla convencional tiene aplicaciones de ingrediente activo de 10,6 kg/ha con un valor de EIQ en campo de 347,45, mientras que los planteos con semilla GM exhiben aplicaciones de ingrediente activo de 7,7 kg/ha y con una toxicidad muy inferior, donde el valor de EIQ en campo es de 155,8, es decir 55% menor que el planteo no GM.

 

Por otro lado, si se compara las dosis aplicadas actualmente (con semillas GM) con un escenario en que la totalidad de la superficie sembrada registrara un planteo de semilla convencional, el ahorro en ingrediente activo aplicado en la campaña 2020/21 sería de 10,5 toneladas y el valor de EIQ aplicado sería inferior en 682 millones. Esto demuestra que la existencia de semillas GM dio lugar a una reducción significativa en el uso de herbicidas e insecticidas, tanto en la cantidad de ingrediente activo liberado al ambiente como en los niveles de toxicidad de estos.

 

MAÍZ. En el análisis de la tecnología GM de maíz también se puede apreciar que es la más eficiente en la utilización de fitosanitarios, respecto a la cantidad de ingrediente activo y toxicidad que se observan en los planteos de la semilla no GM.

 

La semilla no GM registra aplicaciones de ingrediente activo por un total de 13,61 kg/ha, con un valor de toxicidad (EIQ) en campo de 289,98, mientras que los planteos con semilla GM tienen aplicaciones de ingrediente activo por 7,98 kg/ha con una toxicidad inferior al convencional, es decir, el EIQ en campo es de 179,31, casi 40 % menor.

 

En el documento también se plantea el escenario actual, donde la mayor parte de la superficie cultivada está relacionada con planteos GM, con un escenario hipotético, en el que la totalidad de la superficie sembrada de maíz registrase un planteo de semilla convencional, se puede afirmar que existe tanto una menor utilización de ingrediente activo aplicado (en la campaña 2020/21 sería 4339 toneladas menor que si la utilización de semilla fuese convencional), y se ha estimado una menor toxicidad, dado que el ahorro de EIQ es 85,3 millones.

 

En la conclusión del estudio se comprueba que la existencia de semillas GM dio lugar a una reducción en el uso de herbicidas e insecticidas en cantidad de ingrediente activo liberado al ambiente, así como también mejoró los niveles de toxicidad.

 

“Las sinergias entre los cultivos GM, la siembra directa y otras innovaciones asociadas, así como políticas macroeconómicas y fiscales estables que incentivaron las inversiones y las exportaciones, fueron determinantes para que el proceso de transformación y expansión de la agricultura paraguaya tuviese la profundidad y significación que ha tenido en estas últimas dos décadas y media, contribuyendo a que el país se constituya en un actor relevante en la producción mundial de granos, especialmente del complejo sojero y la ganadería vacuna”, destaca el Inbio.