La incorporación de la soja en los suelos bajos de la región Oriental es todo un hecho, pero requiere un manejo diferenciado y la utilización de tecnología para alcanzar mejores resultados. Estos criterios ayudaron a la oleaginosa a expandirse hacia nuevas fronteras agrícolas.

 

En Nación Productiva, el agroclásico de los domingos emitido por Canal PRO, conocimos dos experiencias sobre la integración de la soja en los campos bajos: una por parte del Ing. Agr. Leandro Semeniuk, gerente técnico del Ingenio de Arroz Tío Nico, ubicado en Paraguarí, y otra del Ing. Agr. Adrián Szot Cuba, responsable técnico de Establecimiento Hugo Hutz, situado en Itapúa. Ambos validaron la importancia de incorporar la oleaginosa en zonas anegadas, especialmente mediante el uso de tecnología y correctos manejos productivos.

 

En la ocasión, Szot Cuba recaló que la amplia ventana tecnológica permite llevar el cultivo de la soja más allá de las fronteras productivas. Además de Itapuá, zona de acción de Establecimiento Hugo Hutz, el ingeniero citó a Ñeembucú como una zona de expansión de la oleaginosa, ya sea en forma de nuevas áreas o como estrategia de rotacion con el arroz.

 

El responsable técnico de la firma señaló que se lograron muy buenos resultados con el sistema de drenaje, ya que hace cinco años se está trabajando con esta modalidad. Agregó que los manejos dependen de las precipitaciones, puesto que el establecimiento no posee la capacidad de regar las áreas.

 

En la próxima campaña el objetivo del Establecimiento Hugo Hutz es mantener la estructura de la soja en campos bajos, ya que se ha logrado el 100 % del desarrollo del campo.

 

Por su parte, Semeniuk, gerente técnico de la empresa arrocera, resaltó que “el inicio de la soja en áreas de arroz se refiere a mayores costos de estructuración”. Señaló que la compañía no tiene planes de expandir el área sojera y solo se busca la rotacion de cultivos.

 

Así también, destacó que gracias a la adquisición de equipamientos está previsto iniciar el proceso de suavización de hasta 800 hectáreas del campo en Paraguarí, siempre y cuando las condiciones climáticas acompañen.

 

[Foto icon-camera : Revista Productiva]