La sequía a finales de noviembre del año pasado y las abundantes lluvias a principios de este enero son las condiciones que no contribuyeron al buen desarrollo de la siembra tempranera de soja y eso repercutió en la productividad.

 

Los rendimientos obtenidos por los agricultores en diferentes partes del país no llegan a los resultados esperados, sobre todo comparados con los de la zafra pasada, que, en algunos casos, sobrepasaron la barrera de los 4 000 kg por hectárea.

 

En la zona de Curuguaty, departamento de Canindeyú, y Caaguazú, al igual que en el sur la sequía fue la causante de la baja productividad, pues algunos productores ni siquiera están consiguiendo los 2 000 kg por hectárea.

 

En tanto que en la zona de Alto Paraná el clima lluvioso impidió la aplicación de los defensivos agrícolas a los cultivos.

 

Además, los silos ya están empezando a hacer los descuentos por los granos en mal estado.

 

Las perspectivas climáticas para este año tampoco son muy alentadoras, ya que, según los reportes agroclimáticos, ahora se aproxima la Niña.