Históricamente, la mancha anillada de la soja, causada por Corynespora cassiicola, se ha considerado una enfermedad menor para los cultivos de soja. Sin embargo, los cambios en las prácticas agrícolas, como la sucesión de cultivos, la selección de cultivares y el uso intensivo de fungicidas del mismo modo de acción, han favorecido al incremento de la enfermedad.
*Prof. Dr. Marcelo Giovanetti Canteri – Universidade Estadual de Londrina Dra. Sandra Cristina Vigo – IDR Paraná M.Sc. Jacqueline Dalbelo Puia – Universidade Estadual de Londrina M.Sc. Estela Mariani Klein – Universidade Estadual de Londrina *Disertante del 1°Simposio de Sanidad de la Soja, Paraguay
Se han informado pérdidas de rendimiento de entre el 10 y el 42%. La alta frecuencia y severidad de las recientes epidemias han desafiado a los profesionales afines a las prácticas de manejo para compensar el resurgimiento de la enfermedad. Los cultivares susceptibles son dominantes en el mercado y, como resultado, los productores de soja han llegado a depender en gran medida del uso de fungicidas foliares para minimizar las pérdidas económicas potenciales asociadas con la enfermedad.
La gran diversidad genética proporciona al patógeno, Corynespora cassiicola, una mayor capacidad para adaptarse a diferentes entornos e infectar una gama considerablemente amplia de plantas.
Prácticas agrícolas importantes para el control de mancha anillada se basan en la rotación de cultivos y la selección de cultivares resistentes. En situaciones en las que la mancha anillada puede limitar el rendimiento, puede ser necesaria la aplicación de fungicidas para evitar que la enfermedad deshoje gran parte del dosel medio a superior y reduzca el área foliar fotosintética.
Se deben considerar factores adicionales al elegir materiales fungicidas específicos para el manejo de la zona objetivo, ya que no todos los fungicidas son eficaces en el organismo y algunos funcionan mejor que otros para reducir la defoliación en la mitad del dosel. No obstante, algunas recomendaciones sugieren la aplicación en la etapa previa al cierre de la soja entre hileras, el tiempo de aplicación del fungicida generalmente se realiza al principio de la vaina (R3) o al principio de la semilla (R5) con productos que contienen premezclas de múltiples modos de acción de fungicidas.
Los fungicidas específicos están compuestos por un inhibidor externo de quinona (QoI) y un inhibidor de desmetilación (DMI) o QoI y un inhibidor de succinato deshidrogenasa (SDHI) como modos de acción de dos vías o una combinación de tres vías que incluía un QoI, DMI y un SDHI.
En general, el control varía entre el 10 y el 70% para las mezclas de fungicidas más eficaces en comparación con los no tratados. Sin embargo, Corynespora cassiicola se clasifica como un patógeno de alto riesgo al considerar el desarrollo potencial de resistencia a fungicidas. En Brasil, los estudios informaron resistencia a los miembros de la clase de fungicidas QoI (inhibidores externos de quinona) y sensibilidad reducida a los SDHI (inhibidores del succinato deshidrogenasa).
Además, los experimentos in vitro detectaron una sensibilidad reducida de los aislados brasileños al carbendazim y al benzimidazol. Una mejor comprensión de la epidemiología de la enfermedad, como la variabilidad genética dentro de la población de patógenos y la posible aparición de reproducción sexual, puede ayudar a mejorar el manejo de la enfermedad y predecir futuros brotes de esta.
[Material publicado en el segmento Técnica Agrícola de la edición Nº 100 de febrero de Revista Productiva, página 22]
[Foto : Revista Productiva]