Las condiciones desfavorables de la actual campaña de maíz zafriña, a causa de las intensas lluvias, provocaron el retraso de la siembra del cultivo, es por ello que, con base en su experiencia, Edmundo Gibbert, productor y directivo de Agro Continental S.A., empresa ubicada en el departamento de Caaguazú, decidió reducir 35 % la superficie de este rubro, pero optimizó su manejo, ya que consideró preferible disminuir el área y producir el grano con mejores condiciones, antes que arriesgarse a que el cultivo se enfrente a factores climáticos adversos y se generen grandes pérdidas.

 

En Nación Productiva evaluamos el comportamiento del maíz de entrezafra en este año, considerando que las precipitaciones intensas hicieron que el cultivo se sembrara fuera de la época ideal. En este contexto, Edmundo Gibbert mencionó que tomó la decisión de reducir 35 % la superficie del cereal y producir de manera más eficiente en el área destinada, además de optar por diversificar la producción con el sorgo granífero y cultivos de servicio.

 

Al agroclásico de los domingos Gibbert acotó que la ventana ideal de implantación del maíz zafriña en su zona va de enero hasta la segunda quincena de febrero; no obstante, las lluvias retrasaron la siembra en la unidad de producción, por lo que se tuvo que iniciar recién el 6 de febrero hasta culminar el 18 de marzo.

 

El productor señaló que la inversión en tecnología, el manejo y la definición de época de posicionamiento de la soja en verano son puntos claves para decidir la cantidad de área sembrada de maíz zafriña. Además, recomendó el uso de cultivos de servicio para lograr un equilibrio en el suelo.

 

Gibbert enfatizó que por más que se tengan listos los insumos para la entrezafra de maíz, la producción deja de ser óptima si se expone al cultivo a las heladas u otros factores climáticos.

 

En cuanto al costo de producción, comentó que fue superior al 2022, considerando que se hizo una gran inversión en híbridos y tecnologías en las aplicaciones necesarias. Al mismo tiempo, agregó que el complemento de fertilización no fue tenido en cuenta este año, ya que se sembró en una época no ideal para el maíz.

 

Si bien la cosecha es incipiente, el productor estima un promedio de 7000 kg por hectárea. Mientras que el punto de equilibrio se mantendría entre 5.5 y 6 toneladas, si se consideran también los incrementos en los precios de insumos y combustible.

 

Por último, destacó que se espera una mejor calidad del maíz a la obtenida en el 2022, ya que en esa campaña la presencia de Gibberella zeae impactó fuertemente en contra de este atributo.