La región del Chaco se encuentra en una etapa de constante incorporación de tecnología. Una de esas herramientas se presenta en el rubro de maíz, en el que la línea de genética templada se muestra como una alternativa importante para dar un salto productivo.

 

En estos años de trabajo el techo productivo promedio de los maíces, preferentemente de línea tropical, no lograron superar los 5500 kg (promedio), por ende, se incrementa el interés de los productores en buscar alternativas que puedan darle un salto cuantitativo y cualitativo a este noble rubro que es vital para la estructura del suelo y la base nutricional de la ganadería chaqueña.

 

Es así que, en una de las paradas importantes del Rally de la Soja, en la unidad de producción de Estancia Marangatu de Palmeiras S.A., ubicada en Mariscal Estigarribia, Boquerón, el Ing. Agr. Eliezer Arguello, encargado de producción de la Estancia Palmeiras, mencionó que este año se tuvo la primera experiencia con maíces templados.

 

La siembra se realizó en enero con manejos similares a los cultivos tropicales, pero se espera una mejor performance por el tamaño que tienen la espiga y el grano.

 

Indicó que esta línea genética representó para el norte argentino una oportunidad de alcanzar altos techos productivos, marcando un claro ascenso del nivel de producción a nivel regional y nacional con su incorporación en la agricultura del vecino país.

 

Comentó que utilizaron algunos materiales templados para compararlos con los mejores híbridos subtropicales, con el fin de obtener información precisa que les ayude a la toma de decisiones.

 

Si bien la productividad es el principal factor a ser evaluado, en esta primera parte se expresa una susceptibilidad de los templados a la presión de la cigarrita, por lo tanto, el manejo fitosanitario deberá ser bastante exhaustivo para proteger el techo productivo superior de esa línea.

 

“El objetivo es ver el comportamiento que tienen. Ya estamos notando su mayor susceptibilidad a la cigarrita, pero si nos presenta una productividad superior pronunciada, debemos correr con ese manejo diferenciado para proteger a la planta”, destacó.

 

Indicó que los maíces templados tienen un porte menor a los subtropicales, además poseen una baja inserción de las espigas. Estos dos factores evitan un fácil tumbamiento, que en el Chaco es un hecho común con los materiales subtropicales que tienden a crecer bastante.

 

Soja. Luego, el Ing. Agr. Eduardo Agüero, gerente de Producción de Palmeiras S.A., comentó, en cuanto a la soja, que la falta de agua llevó a sembrar el cultivo a finales de enero, pero con las condiciones climáticas presentadas este año se aguarda un menor rendimiento, respecto a la siembra registrada con anticipación.

 

Los materiales que resultaron más productivos fueron los de ciclos cortos y medios, con un promedio de 3000 a 3100 kg por hectárea y un punto de equilibrio de 1000 kg.

 

Comentó, además, que se logró recuperar un 95 % de lotes con el uso de la cobertura, luego de la incorporación de la ruziziensis. “La cobertura hace que se genere una buena germinación, buen stand de plantas y disminuye los peladares que nos están quitando los kilos por hectárea”, señaló.

 

La siembra de soja en el Chaco estuvo casi 1000 hectáreas por debajo de lo planificado debido a que las condiciones no fueron las ideales, por lo que se optó por el algodón y el maíz, en algunos casos, con miras a tener lotes con mejores rendimientos.

 

Para tener la experiencia también se tomó la decisión de optar por el sistema santa fe, que se vio beneficiado por el acompañamiento de buenas lluvias. Indicó, por último, que se van a realizar ajustes y probablemente en la próxima campaña se aumenten 200 hectáreas para medir la productividad.

 

[Material publicado en el segmento Agricultura Productiva de la edición Nº 104 de junio de Revista Productiva, página 16]

[Foto icon-camera : Revista Productiva]