Los tres puntos principales para encarar la siembra de soja en los campos bajos son el “drenaje, drenaje y drenaje” para lograr una mejor estructuración del campo y como parte de los factores de éxito de la oleaginosa en estas áreas en medio de un año en el que El Niño se hace presente, señaló a Nación Productiva el Ing. Agr. Rodrigo Schoenfeld, responsable de Investigación del Instituto Riograndense de Arroz (IRGA).
En primer, segundo y tercer lugar, la planificación para la siembra de la soja en campos bajos es muy importante para que el productor consiga tener éxito en la nueva zafra. En ese sentido, el drenaje es fundamental para la estructura del campo, considerando que debe ser cuatro veces más rápido que lo establecido para sembrar el arroz en áreas marginales.
Schoenfeld señaló que si el productor nunca sembró soja en campos bajos, duda si es bueno ingresar con este rubro, especialmente si son áreas con tendencia a crecientes.
Al respecto, comentó que uno los factores que llevan al agricultor a optar por sembrar la oleaginosa son las pocas condiciones para cultivar arroz por la problemática de las malezas. No obstante, es importante analizar los criterios para entrar con soja en un año que está circulando El Niño.
Por otra parte, sostuvo que muchas áreas de Paraguay necesitan un drenaje natural, reestructuración de campos, mientras que otras, un drenaje forzado para ver si el campo está apto para recibir a la soja.
A pesar de los desafíos, destacó que Paraguay pasó de producir arroz a sumar todo un sistema de producción con la soja, maíz y la ganadería. Recalcó, además, que la oleaginosa llegó a los campos bajos, a fin de controlar las malezas difíciles como el arroz colorado, guacho y el complejo de gramíneas.