Manfred Martens, incansable agricultor de la colonia Volendam, San Pedro, compartió su vida en Productiva Life, la vida del productor como nunca te la contaron, y en esta edición de Revista Productiva, exponemos algunos fragmentos.

 

¿Cuál es tu historia y la de tu familia?

Mi papá vino de la Segunda Guerra Mundial. De ahí se escapó con el grupo de los menonitas, él llegó a Volendam, y mi mamá es de Filadelfia, Chaco paraguayo. Ellos se casaron y vinieron a vivir acá. Mi padre ya no vive, mi mamá vive todavía y somos cinco hermanos.

 

Cuando éramos chicos todo era duro, mis padres no tenían tantos bienes, pero teníamos la oportunidad de ir a la escuela y estudiar.

 

Lo que yo analicé mucho es que mi papá era un trabajador y aprendí de él. Procuro hacer bien las cosas, él era carpintero y en su época hizo muchos techos de las casas, y mi mamá era ama de casa.

 

¿Cuándo empezó tu relacionamiento con el agro?

Cuando había una oportunidad de manejar un tractor yo me metía ahí, o sea, buscaba manejar el tractor, porque eso era lo que a mí me interesaba. No quería ser carpintero, me contrataron para trabajar y fui empleado durante muchos años para gente que tenía maquinarias y que tenía terreno donde cultivaban. Así empecé.

 

Tenía el sueño también de tener algún día mi propia maquinaria y hoy es una realidad.

“Tenía el sueño también de tener algún día mi propia maquinaria y hoy es una realidad”

¿Qué pasó después?

Mi papá tenía un terreno y él se lo arrendaba a los vecinos, después llegó la oportunidad de que la cooperativa compró una estancia y ahí todos los que tenían encima de 21 años de edad consiguieron un lote de 40 hectáreas.

 

Conseguí vía crédito un lote de 40 hectáreas que habilitamos para agricultura, después más adelante había otra oportunidad de comprar más tierras otra vez con la ayuda de la cooperativa, así compré un poquito más de tierra y agrandé el equipo.

 

Tenía una sembradora que compré antes, pero el tractor no, entonces arrendaba el tractor. Amo a mi máquina porque sudé mucho para conseguirla y es algo que uno valora. Con mi hijo hablo muchas veces de cuidar esas máquinas y hoy valoro mucho su forma de trabajo y como él cuida la máquina.

“Amo a mi máquina porque sudé mucho para conseguirla y es algo que uno valora”

¿El trabajo lo hacés solo?

Yo trabajo con mi hijo, a él le interesa trabajar y le enseñé a trabajar como a mí me gusta trabajar, hacer bien el trabajo y procurar hacer bien. Realmente, no me puedo quejar de él, me respeta y hace bien su trabajo.

 

Cada día es diferente, a veces me levanto a las 05:30, tomo mate con mi señora o si me voy a trabajar, me levanto a las 4:00 o las 3:00 para ir al campo. Hoy ya es más tranquilo porque en la época que tenía 20 a 30 años trabajábamos mucho; en esa época no era siembra directa, sino más labranza, y la cosecha era con máquinas pequeñas y teníamos que trabajar a veces 24 horas.

 

Fue duro, pero yo no me arrepiento de tener salud y poder trabajar de esa forma. Me hizo bien.

“Fue duro, pero yo no me arrepiento de tener salud y poder trabajar de esa forma. Me hizo bien”

¿Recordás algunos momentos difíciles que viviste?

Una época que todo era duro fue en el 1999- 2000 cuando hubo una sequía y las cosas no estaban bien. Ahí sí fue difícil para mí cumplir con los créditos y lo más duro que yo recuerdo fue no poder cumplir porque no había cosecha; se sembraba la soja y se liquidaba porque no había lluvias.

 

¿Y los más felices?

Hace poco más de seis años que tengo mi propia cosechadora. La compré con crédito de la cooperativa. Los últimos seis años disfruté la cosecha con esa máquina, creo que de los 15 o 16 años de edad manejo una cosechadora y participé hasta hoy en todas las cosechas. El trabajo me gusta, yo no le tengo miedo al trabajo.

 

¿Qué es lo más importante de esta profesión?

Trabajar seriamente, ser transparente y capacitarse, pero, principalmente, ser cumplidor. Si yo agarro un crédito, hay que cumplir; si no podés, por lo menos coordinar y hablar.

 

¿Para vos qué representa ser socio de la Cooperativa Volendam?

Representa muchísimo, aunque no todos piensan así, pero en la época inicial nos dieron créditos para comprar tierra o maquinarias. Nuestros insumos podíamos comprar acá, nuestros granos los entregábamos y vendíamos todos juntos y se buscaba conseguir los mejores precios.

 

También nos dan capacitaciones, yo participé en algunos simposios de siembra directa. Así que realmente para mí la cooperativa es algo que te ayuda muchísimo.

 

¿Cómo estás trabajando actualmente?

En los últimos tiempos me muevo en hacer la siembra directa, soy productor y no tengo ganado. Analizo mucho tema de los suelos, cómo mejorar y cuidar el medio ambiente, y usar correctamente los agroquímicos.

 

Donde yo miro mucho es en mejorar el suelo, encontrar un buen control de malezas, no usando tanto los agroquímicos, sino buscando más los beneficios de los abonos verdes y mejorando el ambiente del suelo para una mejor productividad.

 

Mensaje final

Estoy muy agradecido por mi familia, estoy agradecido porque siempre me acompañaron y nunca me dejaron de lado. Estoy orgulloso de ser socio de la Cooperativa Volendam, hay muchas cosas que se puede mejorar, pero no todos tienen la oportunidad de pertenecer a una cooperativa que te ayuda.

 

Hay muchas críticas, pero mucha gente toma bien en serio, procura hacer bien las cosas correctamente sin dañar el medio ambiente y produciendo alimentos para el mundo. Esa es la meta del productor.

 

FICHA PERSONAL

Manfred Martens nació en la Colonia Volendam, San Pedro. Creció, estudió y se desarrolló en esta región del segundo departamento de Paraguay.

 

Es obsesionado por el trabajo de campo, principalmente de las maquinarias. Acompañó a su padre en los trabajos de carpintería, pero posteriormente pudo realizar su sueño de labrar la tierra.

 

Se destaca por su constante interés en capacitarse, por dar apertura a pruebas de campo en su unidad de producción, tanto para la cooperativa Volendam como para otras empresas de innovación y desarrollo

 

[Material publicado en el segmento Entrevista de la edición Nº 107 de setiembre de Revista Productiva, página 12]

[Foto icon-camera : Revista Productiva]