Paraguay expuso su desacuerdo sobre dos puntos del Balance Global de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 28), desarrollada en Dubái, Emiratos Árabes Unidos, que se relacionan con el llamado a las partes a reducir las emisiones de metano (las emisiones de CO2 de nuestro país representan solo el 0.10 % a nivel mundial) y con los esfuerzos para detener o revertir la deforestación, ya que considera importante referirse específicamente a la deforestación ilegal. Argumentó, además, que países en pleno proceso de consolidar su desarrollo no deben cargar con responsabilidades desproporcionadas por los daños ocasionados durante la industrialización en los siglos XIX y XX.

 

Tras la conclusión del Balance Global de la COP28, desarrollada del 30 de noviembre al 12 de diciembre de 2023, que tiene como objetivo ayudar a las naciones a alinear sus planes climáticos nacionales con el Acuerdo de París sobre el Cambio Climático, Paraguay manifestó ciertas objeciones al documento suscrito, que no tiene carácter vinculante. No obstante, los representantes paraguayos dejaron claro y de manera contundente la posición del país en defensa de los intereses nacionales. Estas declaraciones quedarán registradas en el informe final de la COP28.

 

Paraguay expresó su insatisfacción respecto al llamado a las partes a reducir las emisiones de metano (párrafo 28, inciso f), ya que un gran porcentaje de las actividades económicas nacionales se relacionan con el sector productivo y se desarrollan bajo rigurosas consideraciones medioambientales.

 

Acerca del desacuerdo por los términos del párrafo 33, que aborda los esfuerzos para detener o revertir la deforestación, Paraguay destacó la importancia de referirse específicamente a la deforestación ilegal y de tener en cuenta las diversas circunstancias de los países.

 

Nuestro país resaltó su papel clave en la seguridad alimentaria y energética, renovando su compromiso con un enfoque equilibrado y sostenible. En este sentido, argumentó que países en pleno proceso de consolidar su desarrollo, no deben cargar con responsabilidades desproporcionadas por los daños ocasionados durante la industrialización en los siglos XIX y XX.

 

Paraguay señala que la firme defensa del principio de responsabilidades compartidas pero diferenciadas busca que las circunstancias particulares de los países sean consideradas al establecer medidas de protección medioambiental.

 

Sobre el punto, se destacó que, con emisiones de CO2 que representan solo el 0,10 % a nivel mundial, con un significativo 44 % de su territorio cubierto por bosques y un 15% bajo la protección de áreas silvestres, no debe renunciar a las oportunidades de expansión comercial y generación de empleo. Este principio encuentra su fundamento en el derecho al desarrollo, un derecho humano inalienable respaldado por las Naciones Unidas.

 

Durante su paso por la COP28, el presidente Santiago Peña destacó que Paraguay es un país que alberga una riqueza biológica única y es un sólido potencial como sumidero de carbono.

 

Según la ONU, el primer balance mundial es un proceso para que los países y las partes interesadas vean en qué aspectos están avanzando colectivamente hacia el cumplimiento de los objetivos del Acuerdo de París sobre el Cambio Climático, así como las acciones que puede aprovechar los gobiernos para acelerar la ambición en su próxima ronda de planes de acción climática prevista para el 2025.

 

[Fuente y Foto: MRE]