Luego de una alta presión de chinches en los cultivos de soja de siembra temprana, el productor Junior Schmitt, de Kumanda Kai, una localidad en Nueva Esperanza, departamento de Canindeyú, comentó a Nación Productiva que para lograr un control eficiente tuvo que utilizar altas dosis de insecticidas y activos diversos (neonicotinoide, piretroide y acefato).

 

Durante el análisis del “Puente verde entre zafra y zafriña para la proliferación de plagas”, en Nación Productiva conversamos con Junior Schmitt acerca del desarrollo de la campaña de soja 2023/2024 y su experiencia con las plagas.

 

El agricultor señaló que tuvo dos etapas de siembra y la primera de ellas se caracterizó por una presión muy alta de chinches desde el comienzo de la zafra agrícola. La variante de este periodo fue el clima, debido a las temperaturas altas, y explicó que para lograr un control eficiente tuvo que utilizar altas dosis de insecticidas y activos diversos (neonicotinoide, piretroide y acefato).

 

Schmitt indicó que ahora gracias al control químico se tiene una presión más tranquila, pero continua de chinches, ya que el clima favoreció a las áreas sembradas en forma tardía y permitió hacer aplicaciones. Estima que a diferencia de la soja tempranera, ya cosechada, la pérdida de los cultivos de la etapa tardía será mucho menor.

 

Por otra parte, comentó que en esta campaña hubo reinfestaciones de plagas. A pesar de eso dijo que el costo de inversión fue menor, considerando que utilizó materiales con la tecnología Intacta. “Fue más fácil controlar este año que el año pasado”, remarcó el productor.

 

Finalmente, explicó que hace dos años viene incorporando herramientas biológicas en zafriña, pero este año utilizó por primera vez en zafra para el control de chinches el metarhizium y beauveria.

 

Es difícil cuantificar la eficiencia, pero puedo asegurar que en zafriña el control de la cigarrita es muy bueno con la utilización de productos biológicos”, concluyó.