Las bondades de los cultivos de cobertura son más que conocidas. Así y todo, aún hay rotaciones en las que no son incluidos.
Los cultivos de cobertura son aquellos que se siembran entre los llamados planteos de renta con el objetivo de mejorar la fertilidad de los suelos y calidad del agua, controlar malezas y plagas e incrementar la biodiversidad en los sistemas.
Steven Mirsky, referente del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, no solo estuvo de acuerdo con ello, sino que además destacó la potencialidad que tienen como forraje: “Los cultivos de cobertura son fundamentales para la conservación de los suelos, el balance de nutrientes y la disponibilidad de agua. Pero también pueden ser utilizados para alimentar al ganado”.
En este sentido, Mirsky no solo enfatizó las bondades agronómicas que, sin duda, son elementales; también hizo hincapié en sus beneficios económicos. En palabras del norteamericano: “En el corto plazo, los cultivos de cobertura reducen las pérdidas de rendimiento por aparición de malezas y/o sequía, mejoran la actividad de los polinizadores y, dependiendo de los precios y el rendimiento de los agroquímicos, las leguminosas son ideales para ahorrar en fertilizantes nitrogenados”.
A este respecto, el referente del USDA afirmó que con las leguminosas los rendimientos pueden aumentar significativamente en un 30 % – 50 % dependiendo de los niveles de fertilización suplementaria aplicados y si hubo condiciones de inundación.
Y añadió: “En general, las mezclas de leguminosas de gramíneas producen niveles comparables de nitrógeno total como leguminosa pura, sin embargo, la mezcla de cultivos de cobertura típicamente proporcionará un 40 % – 50 % menos de nitrógeno total durante la temporada de crecimiento”.
Para cerrar, el referente del USDA destacó los beneficios económicos a más largo plazo, manifestando que los cultivos de cobertura permiten una mayor estabilidad y elasticidad de rendimiento, mejoran la salud del suelo y disponibilidad de nutrientes, y permiten una mejor capacidad de retención de agua.
Lo que NO se debe hacer con los cultivos de cobertura
El Ing. Agr. Tomás Baigorria, referente de la Estación Experimental Agrícola Marcos Juárez del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), Argentina, aclara que muchas veces se observan planteos en los que los cultivos de cobertura son aplicados de manera errónea. A continuación, entonces, un listado de lo que NO hay que hacer con los cultivos de cobertura o de servicio:
– Sembrarlos muy tarde.
– Dejarlos más tiempo del que se debe, puesto que se afecta la disponibilidad de agua en el suelo.
– No monitorear el agua, sobre todo en climas en secano donde hay que ser muy eficientes en el uso de este recurso.
– Elegir especies de cultivos para ambientes en los que no se adaptan, haciendo que la cobertura fracase.
– Llevar a cabo diagramas de rotación erróneos, por ejemplo, cuando se siembran cultivos de cobertura que son muy demandantes de nitrógeno (ejemplo: cebada y trigo), seguidos por un cultivo de renta que también es altamente demandante de este nutriente (ejemplo: maíz y sorgo).
“Para evitar estos errores es fundamental que los productores realicen los diagnósticos correspondientes, que tomen decisiones a partir de información correcta”, afirmó Baigorria y concluyó: “Hay que hacer calibraciones locales, experimentos a campo”.
[Fuente: Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid)]