Hoy más que nunca la ganadería pasa por un periodo de ajuste de riendas para alcanzar la máxima eficiencia posible en una unidad de producción, porque, de lo contrario, es muy probable que la actividad pecuaria deje de ser rentable.
En una visita de Productiva C&M a Lactosur, perteneciente a Agropecuaria GPSA, ubicada en Santiago Misiones, el Dr. Marcos Pereira, director de GPSA, precisó que el sistema de producción desarrollado busca una mayor eficiencia dentro del campo. “Estamos demostrando que realmente trabajando con tecnología se puede lograr terneros pesados; no es solamente el manejo de pasturas, sino también un manejo eficiente de la hacienda y una suplementación estratégica dependiendo de cada lote”, puntualizó.
Indicó que Agropecuaria GPSA incorpora tecnología en todos los procesos productivos ganaderos en diferentes regiones, como consecuencia de la coyuntura de los mercados internacionales de la carne y la imprevisibilidad en el negocio del engorde.
“Hoy estamos con una ganadería de ciclo completo donde estamos teniendo los terneros durante 8 meses con la madre; las cabeceras estamos con 7 meses de confinamiento y estamos entregando toritos con 15 meses. Todo este sistema le da mucho dinamismo y le da mucho movimiento a todo el sistema ganadero en sí y hace mucho más eficiente el proceso”, señaló Pereira.
Si bien el negocio afronta un escenario de mucha variabilidad, Pereira indicó que se trabaja intensamente en la línea genética con el aumento de la hacienda de cría. Con base en los animales comprados, lo que se busca es llegar a una cierta cantidad de hembras y dependiendo del biotipo, se va asignando un toro específico a través de la IATF.
Planificación. El establecimiento ha impulsado una planificación de manera exhaustiva con el fin de seleccionar los lotes para heno con mucha antelación y así poder aprovechar toda el área disponible. El Ing. Agr. Carlos Lizza, gerente de Producción de Agropecuaria GPSA, remarcó que una constante es la búsqueda de nuevas tecnologías. Por ejemplo, se trabaja con la MG-12 Paredao, una especie que requiere de un suelo de media a alta fertilidad, que es destinada a una de las mejores parcelas disponibles, con la cual se lleva a cabo un manejo eficiente en cuanto a la nutrición y monitoreo con un análisis de suelo anual.
Además, acotó que se van incorporando especies como la Brachiaria dictyoneura y una especie conocida como MG11 Tijuca, que se muestra bastante palatable y adaptable.
A través del uso de la tecnología, el establecimiento se abocó a generar una cantidad de vientres. En ese sentido, el Ing. Zoo. Mauricio Pereira, de Agropecuaria GPSA, detalló que la idea principal de este cambio en el esquema ganadero es lograr hembras aptas para entrar en un servicio a los 14 y 15 meses.
El objetivo es llegar a los 1000 vientres, lo cual obligó a comprar gran parte de la hacienda. “Al ser animales que no estaban criados con nuestro manejo, eso lleva a totalmente otro esquema de manejo”, explicó.
El trabajo de la empresa se centra en obtener la mejor genética y posicionar a la carne paraguaya, recalcó.
Alfalfa. El Ing. Agr. Felipe Gonçalves, director de Agronegocio Voisin, asesor de Agropecuaria GPSA, comentó que se optó por un material de alfalfa de origen americano, que corresponde al grupo 8, ya que es más tolerante a las zonas cálidas. “Estamos bastante satisfechos con una productividad relativamente buena, alta digestibilidad y alto tenor proteico”, expresó.
Mediante este manejo empleado es posible destetar terneros a base de fardos de alfalfa o “balanceado verde” con altísimo peso. Explicó que es el segundo año que trabajan con alfalfa.
El profesional resaltó que la incorporación de una leguminosa en el plan nutricional de los animales ha permitido producir terneros más pesados con 250 a 280 kg.
En la unidad de producción se implementó un sistema de riego en el planteo de alfalfa, lo cual genera una mayor estabilidad productiva. Al mismo tiempo, el desafío del emprendimiento es seguir sumando tecnologías que permitan llegar a altos techos de producción.
“El riego en la alfalfa y en la pastura mombasa fertilizada son una de las tantas herramientas que utilizamos en este campo. Es prácticamente un campo de experimentación y vamos buscando siempre la innovación para maximizar el lucro”, destacó el ingeniero.
La estancia posee 11.2 hectáreas de alfalfa y se produce alrededor de seis fardos de 320 kg por hectárea. “No es la máxima productividad, pero hay mucha calidad y estamos produciendo lo suficiente para alimentar nuestro crip grazing”, subrayó.
Por otra parte, resaltó cómo se fue dando la construcción de la fertilización del suelo. Primeramente, se utilizaban fertilizantes NPK más urea y ahora se está probando un método de fertilización foliar que permite medir los resultados y es cinco veces más económico.
“Tenemos fardos de altísima calidad con fertilizaciones foliares a base de macro y micronutrientes y posibilitamos tener alta capacidad de carga en la estancia porque en el invierno entramos con el fardo para disminuir la presión de pastoreo de los potreros. A partir del tercer día que los animales salen del potrero empieza el proceso de crecimiento de la planta, entonces a partir del cuarto día posenfarde empezamos con las fertilizaciones para agarrar el máximo potencial de crecimiento del pasto”, añadió el profesional.
Macadamia. Otra experiencia positiva es el cultivo combinado de la nuez de macadamia con pasto. El objetivo es obtener un producto diferenciado y forraje para los animales. Se inició con 600 plantas, pero luego surgió el proyecto de la plantación de macadamia con la intención de poder exportarla, según comentó el Ing. Lizza.
Actualmente, se cuentan con 24 hectáreas de macadamia y 3600 plantas disponibles de distintas edades. Lizza precisó que las fueron plantando escalonadamente porque requieren mucho manejo por las necesidades que tiene de protección contra las heladas y el exceso de calor.
Dentro de estas parcelas de nuez también se emplea un sistema asociado con pasturas que genera otro beneficio para la nutrición animal. En el primer corte del 2024 se cosecharon 13 fardos por hectárea, lo que ayuda a acumular y utilizarlos en el periodo invernal, enfatizó.
Búfalos. El establecimiento también incorpora la cría de búfalos como herramienta de innovación. Lizza subrayó que el año pasado se adquirieron desmamantes hembras, que llegaron a servicio en febrero pasado con protocolo de Inseminación Artificial a Tiempo Fijo (IATF) sin repaso con monta natural.
“Le estamos viendo con buenos ojos para ir incorporando más, ya que contamos con áreas para poder ir avanzando y aprovechar nuestra área que prácticamente estaba sin uso”, describió el profesional.
Genética. En la ocasión, el Dr. Jorge Ovando, asesor genético de la firma, mencionó que el propósito es encontrar animales que se adapten a las condiciones de manejo, que consiste en la cría pastoril y la adaptación a las altas temperaturas. Es así que se seleccionan animales con alta fertilidad y los criterios de selección de padres se basan en el uso de la Diferencia Esperada de Progenie (DEP), ya que se trabaja con animales jóvenes.
Las terneras incorporadas al plantel también imprimen sus crías con una característica de bajo peso al nacimiento, pero a la vez son necesarios terneros que se desteten pesados, indicó.
“Las vacas con crías reciben dos protocolos de IATF y posteriormente un repaso de monta natural. Este año tuvimos la incorporación de animales comprados y en su mayoría tenemos vaquillas de 2 años, pero si no preñan ya pasan a descarte y quedan en el rodeo solamente las vacas preñadas”, expresó.
Explicó que la metodología de trabajo de la empresa fue suprimir el periodo de recría en las hembras. Por lo cual fue necesario destetar animales pesados y precoces para que las vaquillas al año de vida puedan estar en condiciones de entrar a servicio.
[Material publicado en el segmento Ganadería Productiva de la edición Nº 113 de marzo de Revista Productiva, páginas 18 y 20]
[Foto : Revista Productiva]