Hace una década pocas hubieran sido las personas que con optimismo se hubiesen animado a decir que en Infante Rivarola, departamento de Boquerón (Chaco), la zona con el menor caudal pluviométrico anual, sería capaz de desarrollarse un polo agrícola con intenciones de fortalecer una producción ganadera mucho más eficiente, reduciendo ciclos y mejorando la rentabilidad.
La visita a Agroganadera Don Chiquito, además de exponer todo el trabajo que se desarrolla en el lugar, es un modelo exitoso que nos demuestra que efectivamente las barreras muchas veces son mentales, porque pese a tener poca disponibilidad de lluvia, el constante ímpetu y la valentía de los productores exponen el potencial único de esta región del país, que paso a paso, rompiendo paradigmas, a fuerza de aciertos y errores, se abre al mundo, para decir “aquí producimos alimentos de calidad en armonía con el ambiente”.
En nuestra travesía por esta unidad productiva ubicada a 681 km al norte de Asunción se pudo evidenciar una vez más que el trabajo fluye, que la tecnología se adapta a estas condiciones y que la actitud de seguir derribando limitaciones persiste. Es así que el Ing. Agr. Carlos Mereles, gerente de producción agrícola de Agroganadera Don Chiquito S.A., nos recibió en una parcela de soja recientemente habilitada para exponer una de las tareas más habituales en la empresa agroganadera. “Se habilitó una parcela para el cultivo de soja, luego de que en su primer año haya sido habilitada para maíz. Después del primer año de trabajo con el maíz se decidió hacer un trabajo de suelo con un subsolado a 45 cm y fue incorporado el rastrojo de maíz, a fin de lograr una descomposición y posterior formación de materia orgánica”, manifestó.
Este emprendimiento se encontraba inicialmente en la ruta del Rally de la Soja 2024; sin embargo, por las condiciones climáticas adversas no se pudo concretar. Pero en esta visita de Productiva, Mereles comentó que, en el caso de la soja, fue sembrada el 16 de febrero. El cultivo se enfrentó a una ola de calor a finales de marzo, pero luego se fue recuperando y tomando otra vez una buena estructura y ramificación, acotó.
Por otra parte, remarcó que el sistema de riego se presenta como un soporte para los días con falta de lluvias. Asimismo, dijo que una alta evapotranspiración es capaz de quemar las hojas de los cultivos y evita que la soja respire.
“Tenemos un techo de temperatura que respetamos para seguir irrigando y ser mucho más eficientes en nuestro riego. Utilizamos horario nocturno y respetamos el horario de punta de carga; gracias al equipo humano de operadores de pivot nosotros logramos hacer un riego nocturno bien aprovechado y con buenos milímetros por hectárea dentro de la parcela”, especificó.
En esta unidad de producción también fueron habilitadas 1000 hectáreas más para la agricultura de secano. Fueron sembrados cultivos de cobertura como la Brachiaria ruziziensis y un mix con mileto.
Peladares. En cuanto a las complicaciones, mencionó los peladares con partes sobrecompactadas y con salinidad. No obstante, recalcó que el uso de cobertura les permite lograr un mejor aprovechamiento dentro de las parcelas.
Comentó que si las condiciones siguen favorables, se esperan buenos rindes, capaces de superar el punto de equilibrio, muy diferente a la productividad del año pasado, que fue afectada por el estrés térmico.
En lo que respecta al maíz, explicó que eligieron dos híbridos, precoz e hiperprecoz, que son trabajados con el sistema de líneas gemelas. La fecha de siembra de los materiales fueron el 9 y el 11 de febrero, ocasiones en las que se trabajó con una fertilización nutricional.
En este caso, la ola de calor registrada en marzo también afectó el cultivo, pero perjudicó más al material hiperprecoz, añadió.
El plan de producción de la agroganadera sigue con la apuesta en el trigo durante el invierno.
Mereles indicó que se trabaja con planes de fertilización en maíz y de bioestimulación en el cultivo de soja. “Tratamos de salir de ese paradigma de que en el Chaco no se necesita fertilizante; el suelo del Chaco es maravilloso, pero es darle un plus al cultivo y que este te dé un retorno favorable”, comentó.
Mencionó, además, que normalmente el maíz permite cubrir un ciclo del confinamiento, pero con la reducción del potencial productivo no será posible llenar esa necesidad. “Cubrimos un ciclo, pero el maíz siempre salimos a buscar”, expresó.
“En la agricultura del Chaco hay mucho por analizar, pero se ve también la inversión y el esfuerzo que viene haciendo la gente”, resaltó Mereles.
Estrategias. El Ing. Agr. Gabriel Báez Gini, responsable de Investigación y Desarrollo de Timac Agro Paraguay, resaltó que el maíz es uno de los cultivos más demandantes de nitrógeno. En este caso, indicó que el uso de fertilizantes nitrogenados brinda una respuesta positiva en el desarrollo y productividad de la planta.
El trabajo de fertilización de la empresa en maíz inicia con 80 kg por hectárea, pero debido a la respuesta favorable la dosis ya ha alcanzado hasta 120 kg por hectárea.
En soja la propuesta de la compañía es el uso de bioestimulantes basados en compuestos orgánicos que permitan tener una mayor osmoprotección, es decir, mayor retención de agua dentro de la planta para soportar condiciones de calor. “Los trabajos desarrollados como ensayos para dar respuesta a esta situación se basan en ir haciendo aplicaciones progresivas tanto de fertilizantes foliares como también de bioestimulantes”, destacó.
Igualmente, hizo hincapié en la importancia de conocer los momentos adecuados de aplicación de bioestimulantes.
Resaltó también que en Agroganadera Don Chiquito se realiza una rotación de dos a tres cultivos por año, con la intención de mantener el suelo cubierto por el mayor tiempo posible, ya que permite tener mejor estructura del terreno y aprovechar mejor las lluvias. Precisó que este esquema desarrollado permitirá lograr un mejor aprovechamiento de las tecnologías de nutrición vegetal en el futuro.
Genética. Así también, Willian Sawa, gerente de Latina Seeds, habló acerca de la genética de maíz utilizada en Agroganadera Don Chiquito, que está adaptada a la región chaqueña. “La semilla es producida en Brasil, pero trabajamos la selección de híbridos de maíz y sorgo para la región”, aclaró.
Los dos materiales de maíces sembrados en Paraguay, que contienen la biotecnología transgénica VIP3, buscan aportar adaptabilidad a la región y mayor protección frente a la cigarrita, que es un gran problema en Brasil, explicó.
Su recomendación es hacer el manejo fitosanitario con aplicaciones de insecticidas para disminuir la población de esta plaga.
La empresa también trabaja en la selección de híbridos adaptados a altas temperaturas. Además de eso, cuentan con una línea de sorgo tanto para ensilaje como para granos.
Planta semillera. La Ing. Agr. Yamila Fines, responsable técnica de la planta semillera de Agroganadera Don Chiquito S.A., contó que la semillería inició su camino hace poco tiempo y actualmente posee un historial de procesamiento comprobado en semillas de trigo, soja, gatton y mileto.
El enfoque principal es el procesamiento de semillas, tratamiento industrial y almacenamiento. “El proceso inicia desde el pesaje en báscula; luego el camión ingresa para la descarga en las tolvas de recepción, para ingresar por gravedad a un sistema de elevadores verticales y cintas transportadoras horizontales, y llevar el producto a su primer destino, que es la mesa de prelimpieza y limpieza”, explicó la profesional.
Acotó también que las separaciones de los productos se realizan por tamaño a través de un sistema de tamices meticulosamente ajustados. Posteriormente, el producto baja a la mesa densimétrica para la separación por peso y seguidamente pasa a los silos enfriadores, que a través de un flujo de aire continuo permiten uniformizar la temperatura de embolsado para el posterior ingreso a la cámara fría.
El trabajo continua con los productos embolsados en función a la orden de trabajo. “Pasa a la cámara fría para el posterior transporte y cada cámara fría cuenta con una capacidad de 3150 m3”, subrayó.
Acotó que la planta semillera de Agroganadera Don Chiquito se ajusta a los estándares que exigen las normativas para la solicitud de etiqueta y el Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas (Senave) contempla cada categoría de semillas y cada una contiene los parámetros mínimos de pureza física, germinación y viabilidad.
Por último, además de los desafíos principales de la zona, como el clima, lamentó que la empresa se enfrenta a los problemas de energía eléctrica.
Laboratorio. La Ing. Agr. Yamila Fines, también responsable del laboratorio de Agroganadera Don Chiquito, comentó que actualmente la infraestructura del nuevo laboratorio se proyecta como una de las primeras en su clase dentro del Chaco paraguayo. Además, está prevista la auditoría de habilitación por parte del Senave para la verificación del espacio, al igual que la visita del Instituto Nacional de Tecnología, Normalización y Metrología (INTN) para realizar la calibración correspondiente de todos los equipos y garantizar así la precisión de los resultados.
“Cualquier productor que esté interesado en conocer la calidad del material propagativo que va a sembrar es bienvenido, inclusive para conocer las instalaciones del laboratorio, acompañar el proceso y realmente tener garantía de lo que tiene en mano”, subrayó.
Indicó que el laboratorio estará capacitado para emitir certificados de análisis de semillas, que son válidos para solicitud de etiquetas ante el Senave para las especies de gatton panic, soja y trigo.
Expansión. Por su parte, Carlos Costa, director general de Agroganadera Don Chiquito S.A., indicó que la creación de la empresa nació a partir de la necesidad de expandirse en el rubro de los alimentos y la producción primaria; es decir, en el segmento agrícola-ganadero.
Con la visión del rubro industrial precisó que se decidió incorporar tecnología al Chaco, así como el know-how, pero dentro de la industria a cielo abierto. “Buscamos en esa visión integrar todo esto”, sostuvo.
Asimismo, la empresa invirtió en el establecimiento de paneles solares para cumplir con los planes de riego y las necesidades del lugar. “Todo surgió a partir de la necesidad y el déficit que tenemos con la Administración Nacional de Electricidad (ANDE) y poder trabajar de manera continua”, sostuvo.
[Material publicado en el segmento Agricultura Productiva de la edición Nº 114 de abril de Revista Productiva, páginas 16 y 18]
[Foto : Revista Productiva]