Por medio de la aplicación de una técnica de biotecnología moderna, la edición genética, un equipo integrado por especialistas del Instituto de Genética y de la Estación Experimental Agropecuaria Marcos Juárez del INTA de Argentina se encuentra trabajando en el desarrollo de nuevas variedades de trigo que ofrezcan granos de mayor tamaño, en comparación con las tradicionales. Luego de la secuenciación e interpretación de un segmento del genoma del cereal, resultados preliminares mostraron el éxito de las pruebas. Se espera que en los próximos años se puedan inscribir como nuevos cultivares y que estén disponibles para los productores.

 

A partir del uso de la tijera molecular CRISPR/Cas9, que permite hacer modificaciones precisas sobre el ADN, en la denominada edición genética, durante el 2023 se trabajó en la edición de la secuencia del gen GW2, que interviene en la determinación del tamaño de los granos del cereal.

 

Según se aclaró desde el instituto, los materiales resultantes de este trabajo no serán considerados como Organismos Genéticamente Modificados (OGM) (pues no reciben genes de otras especies) y podrán ser manejados como materiales obtenidos por mejoramiento convencional.

 

De acuerdo con Micol Auteri, becaria doctoral, en el mediano y corto plazo se deberán realizar los ensayos agronómicos comparativos para cuantificar el impacto sobre el rendimiento que tendrá esta edición realizada en los individuos obtenidos, teniendo en cuenta que este trabajo comenzaría ahora mismo, en la campaña de trigo 2024/25.

 

“Los vectores de edición se introdujeron en el genoma de las células de trigo mediante bombardeo de micropartículas. Posteriormente, a través del cultivo in vitro de estas células, se logró regenerar plantas viables que fueron cultivadas en cámaras de cría”, explicó Auteri.

 

“Después del trabajo de secuenciación e interpretación de resultados -realizado en la Experimental Marcos Juárez por Leonardo Vanzetti- se constató que la edición del genoma había ocurrido en el sitio previsto y que interrumpía el funcionamiento del gen que nos interesaba anular”, afirmó luego.

 

Por su parte, Ezequiel Bossio, referente del Laboratorio de Transformación Genética Vegetal del INTA, destacó: “Con este trabajo, no solo se está contribuyendo a la productividad de este cultivo mediante el desarrollo de materiales que, luego de ser seleccionados molecularmente, evaluados fenotípicamente y avalados por la Secretaría de Bioeconomía, serán directamente incorporados al Programa de Mejoramiento, sino que también se busca establecer un nuevo tipo de relación entre el laboratorio que aplica Biotecnología moderna para el mejoramiento de cereales y el programa de mejoramiento genético convencional”.

 

La herramienta de edición genética, que contenía toda la información molecular del sistema, fue diseñada y ensamblada en los propios laboratorios de INTA.

 

[Fuente y Foto: Gobierno de Argentina argentina.gob.ar]