Si miramos la expansión de la frontera agrícola en Paraguay, contamos con dos segmentos: el Chaco y las áreas bajas. En este último año ambas regiones tropezaron por severas condiciones adversas; sin embargo, con coraje y valentía el proceso salió a flote.

 

En esta edición de Revista Productiva presentamos la experiencia de la empresa Prosoil S.A., que cuenta con una unidad productiva en Yuty, Caazapá, en donde se desarrolla una experiencia única, en medio de vicisitudes, pero siempre con el propósito de mejorar este ambiente productivo para lograr mejores niveles de productividad.

 

Allí nos recibió el Ing. Agr. Rafael Santín, administrador del campo, director de Prosoil y de Conagro, quien contó que ya son cuatro años de llevar adelante el proyecto agrícola en esta unidad productiva. Aquí se cultivan soja, maíz, trigo y canola.

 

Comentó que el campo era completamente de pasto natural y solamente se desarrollaba la ganadería. “Empezamos desde cero, empezamos con la altimetría, diseñar los balos, las parcelas y los desagües”, señaló.

 

Entre los pilares necesarios para desarrollar la agricultura, indicó que son el drenaje, la incorporación de calcáreo y la parte biológica.

 

En cuanto al concepto de altimetría, Santín dijo que el uso de drones en la agricultura hace que el trabajo sea más fácil, ya que el margen de error es de solo 2 cm. Agregó que para una primera aplicación de calcáreo se realizó un análisis general de la parcela, lo cual llevó a aplicar en promedio 3800 kg por hectárea.

 

Explicó que es relevante la deficiencia de macronutrientes en el suelo, entre ellos el potasio.

 

Activación biológica. Resaltó que en estos suelos nunca se trabajó con una leguminosa y hay bacterias identificadoras que para una leguminosa es fundamental. “Sí o sí tenemos que emplear altas dosis de Bradyrhizobium, junto con los Azospirillum, y con eso se puede hacer el trabajo de nitrificación y absorber el nitrógeno que está disponible”, resaltó.

 

Otro de los productos importantes son el Basillus subtilis, que ayuda a tener un efecto muy bueno y visible en campos bajos, acotó.

 

Son bacterias o microorganismos que una vez que estas empiezan a formar colonias. Para el primer cultivo que vas a hacer en suelos bajos es bueno manejar altas dosis de Bradyrhizobium, para el segundo año podrías ir viendo si mermar o no las dosis, pero en un tercer año se puede mermar las dosis; en los primeros años es importante manejar altas dosis para buenos rindes”, destacó el profesional.

 

Manifestó también que la aplicación en surcos se realizó desde el primer año y el uso de biológicos es considerado para todos los cultivos. “Siempre hay una diferencia significativa en cada cultivo que hagas”, valoró.

 

Desde el punto de vista empresarial, indicó que Prosoil busca incorporar en Paraguay 12 a 13 microorganismos que están en fase de registro. “Antes era una agricultura más convencional y cerrada, pero hoy es más fácil llegar porque las personas tienen una mente más abierta a nuevas tecnologías y nuestros padres nos inculcaron a hacer bien la agricultura”, precisó.

 

Experiencia. En lo que refiere a la zafra agrícola, recordó que a principios de setiembre hubo problemas en la siembra por el exceso de lluvias. Recién entre diciembre y enero se consiguió volver a sembrar para culminar el plan de implantación.

 

“La primera soja salió bien, pero lo que se pudo plantar después del 15 de setiembre vino mal porque la raíz estaba mal desarrollada”, relató. En general, el rendimiento promedio llegó a 2300 kg de soja.

 

A nivel de zafriña, se estima entre 1700 a 1800 kg, ya que en el momento de la visita estaban comenzando las cosechas en esta unidad productiva. Indicó que los granos están con buena calidad y comercialmente serán viables.

 

Para la entrezafra las lluvias se normalizaron, aunque en los últimos días el nivel aumentó y la humedad se elevó, remarcó.

 

Para este tipo de suelos el productor opta por variedades de ciclos largos por el buen desempeño y estabilidad que demuestran.

 

En cuanto a la presión de plagas y enfermedades, consideró que una vez establecido un sistema de producción en campos bajos, la presencia de ellas es similar a la de cualquier ambiente con más antecedentes productivos.

 

“Una vez bien estructurados y drenados estos suelos, no tienen diferencia alguna con uno de campo alto. Obviamente que el manejo en sí es cuidar los drenajes y balos, una vez que tengas bien hecho eso, el resto es prácticamente igual, incluso las variedades trabajan a la perfección”, puntualizó.

 

Resaltó que es importante, igualmente, un manejo integrado de plagas y enfermedades. “El manejo de suelo y agua es el único diferencial”, subrayó.

 

Rotación. Para el invierno el agricultor prevé mantener limpia las parcelas de soja para sembrar luego la oleaginosa en la siguiente zafra. Por otro lado, está cultivando trigo y va a continuar con el cultivo de canola.

 

Con respecto a este último rubro, valoró que en comparación con el trigo es un cultivo más económico y además es una opción para la diversificación.

 

Por último, destacó que siempre se tendrán desafíos y cada año sirve para el aprendizaje. “Tenemos que encarar nuestros errores para tener éxito el día de mañana”, finalizó.

 

[Material publicado en el segmento Nota de tapa de la edición Nº 115 de mayo de Revista Productiva, páginas 20, 21 y 22]

[Foto icon-camera : Revista Productiva]