Si nos remontamos en el tiempo, era común observar una ganadería manejada de manera tradicional, sin mediciones, carente de manejo de índices productivos, pero en la actualidad el conocimiento y las tecnologías están permeando en las actividades pecuarias, respaldados principalmente por los cambios generacionales que posibilitan dar un paso adelante para mejorar la eficiencia productiva, que representa a la par la oportunidad de mantenerse en el negocio, ya que, de lo contrario, es inviable hacerlo.
Dentro de este concepto exponemos un trabajo desarrollado por Ganadera Buena Vista, ubicada en Acahay, departamento de Paraguarí, una región que hasta ahora, en muchos casos, se mantiene aislada del proceso de innovación tecnológica, pero a diferencia del resto, en esta unidad se practican manejos que ayudan a mejorar la productividad y, en consecuencia, el margen de ganancia.
Allí nos recibió el Ing. Agr. Juan Pablo Lobo, gerente de Ganadera Buena Vista, quien indicó que si bien el suelo es bastante deficiente de fósforo y materia orgánica, lo que limita la producción sobre pasturas implantadas, la empresa viene trabajando en el manejo eficiente de pasturas naturales, a fin de lograr un aumento en la producción pese a los contratiempos.
Por más que la siembra de pasturas no es un problema en la zona, sí lo es el mantenimiento y eso requiere mucha inversión en fertilización, preparación de suelo o utilizar altas cargas.
Dijo que la hacienda de cría no baja del 80 % hace siete años. Asimismo, se realiza una recría de hembras.
“Vendemos todos los machos, salvo los que dejamos para reproductores de un carimbo. Hace años que empezamos a presionar esa selección genética, seleccionar por biotipo, pelaje, tratando de adaptarlos al calor paraguayo; entonces, hembras que tenían características europeas íbamos descartando porque también vendemos hembras del carimbo”, detalló.
Lobo también explicó que la reposición anual llega hasta el 30 %. En la actualidad, el servicio de hembras es de 18 meses debido a la eficiencia de la recría, acotó.
En cuanto a los beneficios de la intensificación del sistema productivo, mencionó que permite realizar el destete precoz de las primerizas, mantener el porcentaje de preñez y en el segundo invierno las hembras consiguen estar preñadas, además del aumento de la carga animal.
“Lo estamos haciendo básicamente achicando, comprimiendo, intensificando y apretando. Ese es el único secreto y adonde apunta la ganadería del futuro”, subrayó.
Genética. Al ingresar a un programa de selección la unidad de producción pasó a lo que se conoce como los planteles registrados con las razas nelore y brangus, pero bajo el mismo criterio de selección de línea genética, caracterización racial, la ganancia al nacimiento y destete y la adaptación, expresó Lobo.
Hoy en día, la empresa maneja la recría con siete a ocho vaquillas por hectárea. “Son 200 hembras en 20 hectáreas y estamos trabajando con alambrado convencional, pero sí achicando los potreros, entonces estamos haciendo 400 hectáreas de pasturas divididas en 20 hectáreas y hacemos rotaciones cada dos o tres días”, precisó.
Por otro lado, comentó que hace dos años empezó la transferencia de embriones en conjunto con la Cabaña Juan José. El objetivo es lograr un importante salto genético y vender los reproductores, añadió.
Suplementación. Acerca de la experiencia en la suplementación invernal, el gerente de la ganadera destacó que fueron probados dos grupos, uno donde se evaluó al 1 % del peso vivo y se comparó al año siguiente con el 1.5 % del peso vivo.
“Haciendo la relación costo-beneficio de cuánto come una hembra que está en su primer invierno a la diferencia de kilaje que está comiendo en su segundo invierno, es notoria la diferencia de apretar en el primer invierno y nos volvimos más eficientes dentro de ese proceso”, explicó.
Acotó que la ganancia se reduce en relación con la cantidad de animales, ya que anteriormente se contaba con menos hembras de reposición. A la salida del invierno y hasta el verano las ganancias rondan los 550 a 600 g solamente con sal mineral.
Otro importante beneficio de la intensificación ganadera sobre pasturas es la reducción de las malezas, la limpieza de pasturas y mayor presión de selección de los animales en cuanto al hábito voraz de alimentación.
Lobo, asimismo, hizo foco en que el proyecto a largo plazo es el desarrollo de un sistema de pastoreo ultradenso en machos.
“Estamos trabajando en hacer rotaciones con alambrados eléctricos para hacer la recría de machos y poder vender después como toretones con mayor kilaje. Para eso necesitamos mucha incorporación de tecnología y capacitación”, finalizó.
[Material publicado en el segmento Ganadería Productiva de la edición Nº 115 de mayo de Revista Productiva, página 18]
[Foto : Revista Productiva]