El Chaco paraguayo es la nueva frontera agrícola del país y ha venido desarrollándose gracias a la inversión privada, principalmente, que enfrenta las dificultades propias de esta región, que aún tiene mucho potencial. “Hasta ahora no hemos visto que el sector público se involucre dentro de lo que es el desarrollo agrícola que el Chaco está teniendo», expresó el Ing. Agr. Carlos Passerieu, presidente de la Asociación de Productores Agropecuarios para un Chaco Sustentable (APACS), quien habló en Nación Productiva acerca del proyecto de zonificación agrícola del Chaco impulsado por este gremio y acotó que si bien el Gobierno invierte en rutas e intenta mejorar la provisión de energía eléctrica, lo que se necesita es más investigación.
A raíz de los resultados dispares registrados en la última campaña agrícola chaqueña, la APACS vio la necesidad de dividir la región en ambientes productivos, por lo que impulsó la realización del primer de Zonificación Agrícola del Chaco Paraguayo, realizado el pasado miércoles 24 de julio, en Filadelfia, Boquerón, cuyo objetivo es establecer criterios técnicos para la delimitación del Chaco en zonas agrícolas, de acuerdo con el nivel pluviométrico, la profundidad de la napa y el tipo de suelo.
El taller tuvo el apoyo del FOLUR Paraguay, una plataforma global del Banco Mundial, liderada por el Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADES) en nuestro país, y cuenta con el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (ONU Medio Ambiente), como entidad implementadora y la Fundación Internacional de Caucus Conservacionista (ICCF –por sus siglas en inglés), como ejecutora.
Passerieu explicó que el taller fue el inicio del trabajo de investigación que ayudará a la toma de decisiones de los productores en cuanto a la elección de los materiales, fecha de siembra o ventanas de siembra y a la identificación del comportamiento de los principales cultivos y a qué zona se adaptan mejor.
El profesional aseguró en el agroclásico de los domingos que esta iniciativa es más responsabilidad de los entes públicos que de los privados, pero que hasta la fecha no vieron apoyo o interés de parte de este sector. «Esto es más responsabilidad del sector público que del sector privado, pero ojalá podamos contar con ese apoyo. Hasta ahora no hemos visto que el sector público se involucre dentro de lo que es el desarrollo agrícola que el Chaco está teniendo», subrayó.
Explicó que el Estado actualmente está trabajando en otras cuestiones como infraestructura, pero no en conseguir información científica que ayude a todos los actores del sector a mejorar la agricultura chaqueña.
«¿Cómo está ayudando el Estado? Está ayudando con rutas, está tratando de mejorar la calidad de electricidad que tenemos disponible, sobre todo para las zonas de riego, la Bioceánica, digamos. En infraestructura está habiendo apoyo, pero, en realidad, lo que necesitamos acá es más investigación y eso entiendo que debería estar a cargo del IPTA, particularmente, y obviamente con el respaldo del MAG», acotó.
Passerieu, aprovechando el espacio de Nación Productiva, les instó a las instituciones públicas a ser parte de este gran proyecto: «Ojalá que si alguien del sector público y sobre todo de esas instituciones está escuchando y participando del programa, espero que podamos contar con la presencia de ellos en el próximo taller, que por supuesto se los va a invitar formalmente».
Mencionó que el próximo taller de Zonificación Agrícola del Chaco Paraguayo se realizará el 18 de setiembre, con la intención de ver qué información se puede aportar desde el punto de vista climático, edáfico, y sobre esa base seguir trabajando y definiendo en forma más científica, considerando las conclusiones parciales a las que llegaron en el primer encuentro, donde se recabaron datos de zonas y subzonas.
Finalizó, explicando que este taller es un plan para llegar a la investigación que lleva como mínimo cinco años, y podría extenderse a 10, para lograr tener alguna respuesta que permita sacar conclusiones sobre la conveniencia en variedades, fecha de siembra, a fin de lograr buenos rendimientos de los cultivos, por lo que espera el apoyo tanto de entes públicos, privados y productores para que esta iniciativa sea posible.
«Esperemos que se vayan sumando los productores, representantes de instituciones del sector público, porque esta iniciativa que estamos trabajando es para generar información confiable y fidedigna, para que todos los actores puedan saber lo que les conviene o no en su zona, para que esto finalmente se vea reflejado en resultados económicos y en rentabilidad», finalizó Passerieu.
FOLUR. El Programa de Impacto de Sistemas Alimentarios, Uso y Restauración de la Tierra (FOLUR -por sus siglas en inglés-) es una iniciativa apoyada por el Fondo Mundial para el Medio Ambiente (GEF –por sus siglas en inglés-) y dirigida por el Banco Mundial, que busca transformar el sistema alimentario de global mediante la promoción de paisajes sostenibles e integrados y cadenas de valor de productos básicos eficientes. El Programa de Impacto consta de una plataforma global y 27 proyectos nacionales dirigidos a los paisajes productivos de ocho productos básicos: carne vacuna, cacao, maíz, café, aceite de palma, arroz, soja y trigo.
El FOLUR es liderado por el MADES en Paraguay, y cuenta con el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (ONU Medio Ambiente), como entidad implementadora y la Fundación Internacional de Caucus Conservacionista (ICCF), como ejecutora.
[Foto : Archivo / Nación Productiva]