La zafra algodonera en el Chaco también estuvo marcada por el estrés hídrico y térmico, principalmente en los primeros meses del año, una situación que tuvo un impacto directo en la superficie de siembra, en los rendimientos y por ende en la producción, que tendría una merma del 40 %, mencionó a Productiva Oliver Wiebe, gerente de la planta algodonera de la Cooperativa Chortitzer.
Fueron varios los factores que incidieron en la no concreción de las proyecciones iniciales. Wiebe mencionó que en esta campaña se esperaba cultivar 60 000 hectáreas en el Chaco, una estimación que se vio afectada por la poca humedad en el periodo inicial de la siembra, además de la elevada temperatura registrada hasta marzo, por lo que calcula que se llegó a implantar entre 40 000 y 45 000 hectáreas.
El encargado de la planta industrial de Chortitzer agregó que la buena cosecha de la zafra anterior hizo que las desmotadoras trabajaran hasta el primer trimestre de este año, lo que les desalentó a algunos productores que apostaron por otros cultivos.
Las condiciones climáticas adversas también impactaron en los rindes promedios de esta campaña, que se encuentran entre 1500 y 2000 kg por hectárea, en el área de influencia de la cooperativa, que si bien son bastante bajos, según Wiebe, tienen buena calidad. Recordó que en la temporada pasada se superaron los 3000 kg por hectárea.
Resaltó que en lo que respecta a la industria algodonera de Chortitzer, el año pasado la producción llegó a 70 000 toneladas, pero para este 2024 se calcula una merma de 40 %. Y, en general, en el Chaco la disminución también estaría en ese orden, manifestó.
En comparación con el 2023, Wiebe precisó que el costo de producción del algodón disminuyó, ya que por el clima seco el cultivo requirió menos aplicaciones en el estado vegetativo. No obstante, acotó que el rubro textil sigue siendo de alto costo y su punto de equilibrio está entre 1200 y 1500 kg por hectárea.
Mencionó que todavía hay un poco de algodón para cosechar en el campo, pero muy escaso. En este sentido, precisó que la cosecha se retrasó debido a las altas temperaturas, que hicieron que las plantas abortaran sus capullos y volvieran brotar, una situación que demoró toda la colecta y el procesamiento.
Pese a ese retraso, Wiebe acotó que para el cierre de este mes la planta algodonera ya dejaría de operar para entrar en limpieza. En ese aspecto, indicó que lo ideal es procesar el algodón en un máximo de tres o cuatro meses después de haber sido cosechado, motivo por el cual siempre se trata de terminar en octubre o noviembre, porque después el trabajo ya se complica por la humedad, lo que termina incluso afectando la calidad del producto.
Respecto al mercado, dijo que este año hubo una buena demanda de la semilla de algodón, lo que ayuda a compensar los costos, porque la fibra está unos 10 centavos de dólar por libra más barato que hace un año. “El año pasado se hablaba de 80 a 85 centavos de dólar por libra y actualmente estamos entre 71 centavos por libra y eso es bajo», precisó.
En la planta algodonera de la Cooperativa Chortitzer se llegará solo hasta el 60 % del volumen manejado en la zafra pasada, es decir, unas 70 000 toneladas de algodón en rama, afirmó el gerente.
Esta planta algodonera trabaja con socios y no socios, y en esta campaña la industria recibió la producción de más de 100 productores del Chaco central y la capacidad de la planta es para 30 000 hectáreas de superficie.
Wiebe mencionó que estos fueron dos años atípicos, ya que en la zafra pasada se triplicó la siembra, pero ahora hay una merma importante. Para la siguiente campaña la proyección es que la producción crezca y se iguale la expectativa de este año, es decir, una superficie de siembra de 60 000 hectáreas, por las características positivas del cultivo, como la resistencia a las condiciones climáticas adversas y su creciente demanda de semillas para alimentación animal, concluyó.