El promedio de producción de maíz actualmente en el país es de 5800 kg/hectárea y el potencial de producción para los próximos 15 años es importante, de acuerdo con trabajos realizados en las últimas dos campañas en parcelas de productores por integrantes del Equipo FieldCrops, dentro del programa global brechas de rendimiento. Los resultados basados en datos y en ciencia serán presentados y compartidos con técnicos, productores e interesados en el 2º Congreso +Maíz, el próximo 31 de octubre, en el Hotel Gran Nobile de Ciudad del Este, según lo destacó en Nación Productiva Alencar Zanon, profesor de la Universidad Federal de Santa María, Brasil, quien disertará sobre ecofisiología de la planta de maíz y su efecto en la productividad.

 

El profesional remarcó que estos datos están sustentados en trabajos realizados durante las últimas dos campañas agrícolas en 975 parcelas, que fueron acompañados por profesionales de la Universidad de Santa María, Brasil, y la Universidad Nacional de Asunción, dentro del marco del proyecto global brechas de rendimiento, cuya ejecución a nivel regional está a cargo del Equipo FieldCrops.

 

Zanon precisó que estos datos serán presentados el próximo 31 de octubre en el +Maíz Congreso Nacional de la Cadena Productiva, organizado por Productiva C&M. Añadió que los resultados del potencial de productividad en diferentes regiones productivas del país permiten saber cuál es el potencial, el tamaño de la oportunidad y cuáles son los factores que más causan la brecha.

 

El disertante de +Maíz explicó que la ecofisiología es la parte de la agronomía que estudia el área productiva en su conjunto, la interacción que existe entre el suelo, el híbrido, el manejo y el ambiente. En este sentido, destacó que la ecofisiología va a determinar el máximo rendimiento que puede obtener el productor en su finca.

 

El experto recordó que actualmente en la agricultura no debemos mirar los insumos o el proceso de un cultivo solamente, sino todo el sistema de producción, que, en el caso de gran parte de Sudamérica, incluye al maíz como segunda cosecha y como primera, la soja.

 

Recalcó que más allá de pensar el ciclo, la densidad, la fecha de siembra, los recursos (nutrientes, agua y clima: helada o no), a la hora de estar sembrando soja ya se debe pensar en todo su ciclo, de modo a sembrar posteriormente el maíz en la fecha ideal.

 

Como ejemplo, mencionó que en Mato Grosso (Brasil) si se retrasa un día la fecha de siembra del maíz, después del 23 de febrero, hay 2.3 bolsas (1 bolsa= 60 kilos) por hectárea menos, es decir, el atraso genera una pérdida importante.

 

Indicó que cuando el sistema de producción es soja-maíz se debe programar bien la fecha de siembra y, además, se debe tener en cuenta la densidad y la nutrición. “Al final del día la ecofisiología es la ciencia que estudia la intersección de todos estos factores”, explicó.

 

El profesional, que viene trabajando sobre brecha de rendimiento en la región, mencionó que, dependiendo de la zona, el potencial de productividad del maíz va desde 9 a 13,5 toneladas por hectárea, mientras que el potencial de rinde en promedio en Paraguay en los próximos 15 años ha sido 11 toneladas por hectárea. Respecto a lo que se obtiene en la actualidad, eso significa una brecha de 58 %, lo que significa que se puede producir más maíz con buena práctica de manejo.

 

Zanon enfatizó que es fundamental entender bien la interacción entre densidad y nutrición, que son los factores que más causan la brecha de rendimiento en los campos de maíz. Sostuvo que es importante manejar la cantidad de nutrientes y de agua que se dispone en la parcela y a partir de allí decidir la densidad. “Haciendo algunas estadísticas nosotros identificamos las principales diferencias entre los productores que están cosechando más maíz y los productores que están cosechando menos maíz son la densidad de siembra y cantidad de nitrógeno, potasio y fósforo aplicada en las parcelas”, concluyó

 

El Ing. Agr. y doctor en agronomía Alencar Zanon disertará en la segunda edición de +Maíz Congreso nacional de la cadena productiva, que se realizará el 31 de octubre, en el Hotel Gran Nobile de Ciudad del Este, Alto Paraná.

 

El macroproyecto mundial de brechas de rendimiento de cultivos de secano (Global Yield Gap Atlas – GYGA) inició en el 2011 y es liderado por la Universidad de Nebraska (Estados Unidos) y la Universidad de Wageningen (Países Bajos). Abarca 13 rubros y se desarrolla en 75 países, con el objetivo de determinar cuánto más se puede producir con el menor impacto posible. A nivel regional, FieldCrops es la empresa responsable del proyecto.

 

Esta iniciativa se implementó en Paraguay a finales del 2022, con el apoyo de la Universidad Nacional de Asunción (UNA) y la Universidad de Federal de Santa María (UFSM), de Brasil, con el objetivo determinar la brecha de rinde de los principales rubros agrícolas (soja, maíz, trigo y recientemente se incorporó el arroz en el proceso de estudio) y encontrar las causas que limitan aumentar el potencial productivo.