Gilmar Lorenzi, productor y miembro de la Coordinadora Agrícola del Paraguay, filial Caaguazú, mencionó a Productiva que el retraso de la siembra de la oleaginosa por falta de precipitaciones “va a afectar sí o sí a la zafriña de soja 2025”. Agregó que en un año normal el 60 % del área agrícola en el departamento es destinado a la producción de soja de segunda zafra.
Si bien la siembra en el departamento de Caaguazú ya está prácticamente terminada, con el 97% de la superficie agrícola cubierta, el inicio de la campaña presentó un retraso importante por falta de precipitaciones.
«Tuvimos un retraso de la siembra; se hizo una pequeña siembra inicial de 15 % a partir del 2 al 15 de setiembre, posterior a esa fecha se pudo avanzar otro 35 %, ese si está germinado, está en la parte vegetativa entre V3 y V4, en una condición muy buena, y después se tuvo una segunda ronda al final de setiembre más de 30 a 40 % y esa siembra recién está germinando, y una última más hace una semana con poca humedad», explicó el ingeniero agrónomo.
Comentó que esta es una campaña que desde el inicio presentó desafíos en el departamento, debido a una ventana larga de siembra de alrededor de 50 días de trabajo, cuando que la implantación suele durar en torno a los 30 días, pero este año se extendió por falta de lluvias. Agregó que esta situación indefectiblemente tendrá consecuencias en la segunda zafra o zafriña.
«Ayer mismo teníamos la previsión de buena precipitación, a nosotros no nos tocó en nuestra zona de trabajo, que es la zona de Nueva Toledo, Vaquería, Yhú, San Joaquín e Itakyry. Entonces, acaba preocupando bastante al productor porque va a afectar sí o sí la siembra de segunda zafra», lamentó.
Al respecto, Lorenzi precisó que el planteamiento de la zafriña 2025 va a depender mucho del factor clima. Acotó que inclusive hubo algunas parcelas que se tuvieron que resembrar la soja por la falta de humedad en el suelo, por lo que esta situación sumada a la implantación tardía de otros campos, va a prolongar la retirada de la producción de la campaña principal y repercutirá en la producción de la segunda zafra, afirmó el productor.
«Es un poco temprano todavía para definir, pero se va diseñando ya lo que va a ser la zafriña, yo creo que hay una cierta tendencia de maíz y de manejo de cobertura o esperar directamente lo que es el trigo para el año que viene, para la ventana de soja zafriña queda muy apretada para hacer en la normalidad en la región, que sería el 60 % del área cultivada», mencionó.
Remarcó que el productor está con mucha incertidumbre, ya que faltan lluvias para que germine la última tanda de siembra y para que la soja que ya está germinada tenga un desarrollo interesante. “El desarrollo inicial define mucho la productividad más adelante”, aseguró.
En cuanto al costo de producción, señaló que en campo propio el punto de equilibrio está en torno a 1500 kg por hectárea, mientras que en tierra alquilada asciende a 2500 kg por hectárea.
Comentó que la campaña pasada cerró con un rinde promedio bueno, de entre 3500 a 3600 kg por hectárea. Recordó que la soja tempranera salió bien, pero la tardía fue alcanzada por la sequía, que junto a la alta temperatura afectaron el rinde. Así también, precisó que el año pasado el costo de producción fue elevado, por lo que con un rinde mediano de productividad, el productor tuvo muy poca rentabilidad.
En cuanto a la soja zafriña de la última campaña, mencionó que no salió prácticamente nada, porque fue afectada por la sequía.
«El que sembró soja sacó prácticamente para su semilla y muy poco excedente para el comercio y la zafriña de maíz con un rinde también mediano de 4000 kg por hectárea, el precio no estaba ayudando, pero por lo menos se cubrió el costo de producción”, agregó.
En cuanto al trigo, dijo que finalizó hace 15 días su cosecha en el departamento y se tuvo un promedio un poco más elevado de lo normal, pero tampoco fue una superproducción, por lo que también dejó poca rentabilidad.
Comentó que el uso de cobertura es una práctica común en el departamento, ya que muchas veces el productor deja de hacer su segunda zafra para realizar manejo de cobertura y corrección de suelo que es la base de la agricultura. Agregó que actualmente el agricultor apunta a la producción tecnificada y una mayor productividad, para lo cual es fundamental el manejo de suelo.
Por último, como mensaje final dijo que el productor tiene que mantener la esperanza y la fe, seguir haciendo lo que sabe hacer, mantener el foco, no hacer inversiones innecesarias, siempre controlando sus costos y beneficios. Además, recalcó que debe saber que la agricultura es así, a cielo abierto, dependiendo del factor clima, por lo que “debemos hacer nuestro trabajo de la mejor manera posible y orar para que vengan las precipitaciones en la cantidad y en el momento correcto”, concluyó.
[Foto : Ing. Agr. Gilmar Lorenzi / Gentileza]