El sector agrícola paraguayo atraviesa enormes desafíos en este periodo del año, por ende se buscan alternativas para mitigar riesgos y manejar opciones que le permitan al productor mantener un margen de rentabilidad y que a su vez enriquezcan el sistema de producción.

 

En una visita realizada al establecimiento de Sem-Agro S.A., en la región de J. Eulogio Estigarribia, Caaguazú, el Ing. Agr. Ramón López, asesor técnico de la firma, subrayó que la empresa busca rubros alternativos para la rotación de cultivos y una opción para la siembra más tardía de soja para la producción de semillas. En ese sentido, el girasol se presenta como una opción viable.

 

Hoy en día se cuenta con una variedad pre coz, la SYN 3970 CL, que llega a maduración en torno a los 120 y 125 días, por lo que sembrando este material a mediados de julio se podrá cosechar aproximadamente a fines de noviembre o primeros días de diciembre, expresó.

 

López destacó que el cultivo del girasol es muy noble. “Utilizamos una buena desecación, un herbicida preemergente, el sulfentrazone, y normalmente aplicaciones ocho a 10 días antes de la fecha programada, de modo a que vengan precipitaciones y hagan bajar las posibilidades de fitotoxicidad”, remarcó.

 

Indicó que de acuerdo con las condiciones climáticas de cada año, lleva uno a dos tratamientos de fungicidas, considerando entre siete a ocho hojas con 40 a 45 cm de altura y la segunda aplicación en la formación del botón floral. Así como en todos los rubros se recurre al monitoreo, añadió.

 

El costo de producción del girasol no pasa de 1500 kg/hectárea y es un cultivo rentable, según los resultados de producción y el comportamiento de los precios, explicó el profesional. “El girasol es un cultivo que extrae muchos nutrientes del suelo, entonces hay que fertilizarlo bien, pero, por otro lado, tiene sus ven tajas porque es un cultivo de raíces profundas que normalmente es considerado reciclador de nutrientes como el potasio. Además, tolera bastante bien la falta de agua”, puntualizó.

 

Acotó que uno de los principales motivos de la reducción de la producción de girasol ha sido la falta de variedades.

 

En la propiedad de la empresa actualmente la producción se maneja en dos grupos: aquellas áreas que llevan abonos verdes, girasol y luego soja; por otro lado, las que llevan trigo en invierno, soja comercial, abonos verdes y posteriormente girasol y maíz. El objetivo es rotar las parcelas y evitar el ataque de enfermedades, señaló.

 

En vez de hacer soja sobre soja, nosotros preferimos hacer un cultivo diferente y sobre eso meter la soja”, valoró.

 

Por otro lado, López comentó que el anti cipo de siembra para producir semillas permite una óptima producción y que el cultivo llegue a una época más fresca. “Nos da la posibilidad de cosechar materiales de mejor calidad”, enfatizó.

 

Asimismo, puntualizó que el girasol aporta poco rastrojo al suelo porque tiene una baja relación carbono-nitrógeno y al cosecharlo el suelo se queda sin cobertura. No obstante, la profundidad de sus raíces permite un importan te reciclaje de nutrientes.

 

Tratamos de hacer un abono verde con una mezcla de materiales que se utilizan como cobertura para ir acompañada la producción con nitrógeno, sobre todo en las áreas comerciales”, ratificó.

 

La recomendación es utilizar 60 000 semillas de girasol por hectárea. Este año se recibieron simientes de buena calidad, acotó el profesional.

 

Dijo también que el híbrido SYN 3970 CL tiene como características ser “antipájaros” y presenta mayor tolerancia al vuelco. “En comparación con un material viejo, ese cayó aproximadamente 50 % y este no llegó al 5 %; ayuda contra las palomas”, resaltó.

 

En cuanto a la nutrición del suelo, precisó que fue utilizada inicialmente una formulación 09-34-12 de 190 kg por hectárea y después 0-0 60 de 70 kg/ hectárea. “Sumando los nutrientes que se ponen en el suelo tendríamos 20 de nitrógeno, 65 de fósforo y 65 de potasio para el ciclo más 2 kg por hectárea de boro”, especificó.

 

Para el girasol la empresa maneja un pro medio de rendimiento de 3000 kg/hectárea.

 

Subrayó también que después del girasol la producción de soja ha mostrado buenos resulta dos. “Después de un girasol estamos apuntando a una soja de 3200 a 3500 kg por hectárea en zafriña, si todo va bien”, precisó.

 

Por último, mencionó que el girasol es un cultivo muy rentable y de poca inversión, por lo que les instó a los productores a que se animen a optar por este rubro, que, además, es tolerante a la sequía, finalizó.

 

[Material publicado en el segmento Nota de tapa de la edición Nº 119 de setiembre de Revista Productiva, páginas 18, 19 y 20]

[Foto icon-camera : Revista Productiva]