El margen de la actividad ganadera, y más aún en el confinamiento, es mínimo, por ende es necesario establecer estrategias y poner en práctica innovaciones tecnológicas para buscar elevar la productividad y, en consecuencia, la rentabilidad.
El Dr. Gustavo Brum Heyn, gerente de Producción de Mawes S.A., mencionó que la unidad de confinamiento, ubicada en el Chaco central, a escasos kilómetros de Centinela, opera de forma integrada con un software donde están identificados los corrales. Las informaciones trasmitidas a través de un dispositivo móvil le permiten al profesional conocer los tipos de dietas y tener la seguridad sobre las mezclas.
“Eso nos garantiza que se está yendo la cantidad y el porcentaje de cada producto como tiene que ser”, resaltó.
Indicó que la idea del desarrollo del confinamiento en el Chaco nació hace ocho años, ya que el objetivo era aprovechar las pasturas en periodo invernal. “Era una estructura más simple, pero con el pasar del tiempo fueron aumentando los animales y a la vez creció la necesidad de poner algo que sea más estructurado”, añadió.
Además, acotó que se pensó como una herramienta para mejorar los manejos.
Por otra parte, Heyn señaló que el emprendimiento desarrolló una estructura para la prestación de servicios para terceros ante el impacto de la sequía en la ganadería chaqueña. Si bien al principio la idea era tener una estrategia para ajustarse a las necesidades del negocio, luego se observó la posibilidad de ampliar el servicio a otros interesados.
“Ampliamos la posibilidad de atender a otras personas que sufren con la sequía y no tienen pasturas. Venimos de cuatro años de sequía; vino la lluvia para llenar los tajamares, pero no para la pastura”, destacó.
El profesional sostuvo que la falta de pasturas y agua causa retrasos en el desempeño de los animales. En ese sentido, el confinamiento resultó ser clave para cubrir las necesidades del negocio ganadero.
Al mismo tiempo, precisó que actualmente la capacidad instalada para el confinamiento de animales se encuentra a la mitad, sin embargo, al término de este periodo se ampliará a 7500 animales o 55 corrales que soportan entre 135 y 140 animales cada uno.
A su vez, resaltó que luego de la descarga de los animales en el confinamiento se establece un periodo de descanso. Los animales ingresan al corral con fardos disponibles y una dieta de adaptación para posteriormente ser destinados a sanitación.
Por otro lado, indicó que las herramientas de tecnología de nutrición permiten también la reducción de errores que pueden cometer las personas responsables del confinamiento. Asimismo, ayudan al ahorro de insumos, lo cual redunda en una mayor eficiencia y rentabilidad.
“Nosotros manejamos en torno de cuatro tratos por periodo. A veces con el calor tenemos que esparcir más veces la dieta para que no se pierda y para que los animales también coman y conseguimos ahorrar lo máximo posible”, puntualizó.
Entre los criterios técnicos establecidos para ajustar la dieta de cada categoría, comentó que realiza una lectura de batea para determinar cómo están los animales y cuánto tiempo tardan para comer. Todo este proceso es medido por el sistema utilizado por el confinamiento.
Por este medio se realizan las correcciones necesarias en dieta o manejo.
“El año pasado nosotros hicimos 1800 animales. Cuando yo llegué esos animales tenían un promedio de 620 gramos de ganancia diaria, pero hoy tenemos una red de productores donde siempre estamos conversando que buscamos la mejora de más de 550 gramos. Nosotros trabajamos con machos con 530 kg, vacas 500 kg y vaquillas, 420 kilos”, enfatizó.
El profesional también hizo foco en el aprovechamiento de subproductos a base del algodón. Dijo que el expeller de algodón es un producto con 28 a 30 % de proteína y actualmente la fábrica produce este subproducto.
Remarcó que el 95 % de la dieta utilizada por el emprendimiento es producido en el Chaco. Este compromiso es parte de la visión de la dirección de la empresa, valoró.
En la actualidad, la planta de balanceados, que se llama Granos del Occidente, también se encarga de la producción del premix.
“Nuestra dieta está formada por fardo, capullo de algodón como parte del voluminoso, maíz grano húmedo o rehidratado y nosotros hacemos silaje de granos de maíz, además de cascarilla de soja, la torta del algodón, maíz y el sorgo molido para complementar eso y agua”, resaltó.
Enfatizó, finalmente, que la empresa está abierta a trabajar con nuevos aliados.
[Material publicado en el segmento Ganadería Productiva de la edición Nº 120 de octubre de Revista Productiva, página 18]
[Foto : Revista Productiva]