A pesar de la baja cotización de la soja y el pronóstico de pocas lluvias, el Ing. Agr. Laerte Kaefer, productor de la zona de Puente Kyha, departamento de Canindeyú, mantuvo en su campo la línea de trabajo de alta inversión en tecnología, principalmente en el cuidado del suelo, con el objetivo de reducir las pérdidas en años difíciles como este. En Nación Productiva mencionó que su punto de equilibrio en soja en esta campaña es de 2000 kg/ha y puede llegar a 3200 kg/ha en campos alquilados. Si bien el rinde de indiferencia es elevado, esa inversión le permitió lograr un buen rendimiento promedio de 3500 kg/ha para cubrir sus costos y obtener un margen de ganancia.

 

En el agroclásico de los domingos el productor destacó que “con alta inversión se cosecha más y, consecuentemente, se espera un poquito más de ganancia, mientras que si haces lo básico y no buscás nuevas tecnologías, la tendencia es que cierres con ninguna ganancia o poca ganancia”, afirmó.

 

Enfatizó que la inversión se realiza principalmente en el suelo, en fertilización, corrección y fijación de carbono, ya que es una práctica agronómica que le entrega más resultados a su unidad productiva.

 

“Nosotros trabajamos con niveles de inversión un poquito por encima del promedio y eso nos da un punto de equilibrio de 2000 kg en lo que es insumos y el gasto operativo, y si es campo alquilado, el punto de equilibrio en la zona es de 3000 a 3200 kg por hectárea, con el precio actual de la soja”, resaltó.

 

Recordó que la siembra de soja en esta región de Canindeyú estuvo divida en tres etapas: 30 % en apertura del 10 a 20 de setiembre, 30 % a finales de setiembre y el 40 % restante en el mes de octubre, desde el 05 hasta el 20.

 

Señaló que esta campaña estuvo marcada por la escasez hídrica, por lo que la siembra comenzó con un mínimo de humedad en el perfil de suelo, pero tuvo que sembrar porque era el momento. “El arranque con poca humedad ya empezó a limitar la productividad, después de la segunda quincena de octubre empezó a normalizar, tuvimos 30 días de buenas precipitaciones, para después a empezar a faltar otra vez”, acotó.

 

Comentó que la soja tempranera sufrió un poco al comienzo, pero pudo cerrar bien el ciclo; la soja medianera fue afectada por la sequía al principio y al final, mientras que la tardía, que se sembró en octubre, arrancó muy bien y presentó un buen desarrollo al comienzo. “Tenía una caja altísima, pero al final, principalmente en enero, fue muy golpeada, va a tener el mayor quiebre”, añadió y resaltó que en promedio se va a lograr un rinde de 3500kg/ha, por encima del promedio en esta zona del país.

 

Señaló que la temperatura en el mes de diciembre fue un poco más tranquila, por debajo del nivel del año pasado, lo que garantizó que la soja tempranera pudiera llenar bien los granos, pero en enero se llegó a cerca de lo que fue el año pasado, aunque con uno a dos grados menos, pero bastante seco.

 

En cuanto a plagas, remarcó que este año fue más tranquilo y casi todas las parcelas se cerraron con tres aplicaciones, cuando que el promedio suele ser cuatro intervenciones para chinches. En lo que se refiere a enfermedades, por la poca humedad, la mayoría de los cultivos requirió tres aplicaciones de fungicidas. “Presión de plagas y enfermedades por debajo del promedio”, resaltó.

 

El profesional explicó que después de la soja el maíz es la apuesta para el cultivo de entrezafra, donde el cereal será sembrado con una gramínea, en este caso la Brachiaria, dentro el sistema Santa Fe, “principalmente, por el plus de producción y lo que deja el maíz con Brachiaria para el suelo, para la soja de la campaña siguiente, lo que nos garantiza mayor producción por la capacidad de retención de humedad en el suelo”, aseguró.

 

Considerando que la soja se adelantó un poco por la falta de agua, explicó que le da una ventana un poco mejor, ya que un maíz sembrado a fines de enero y principios de febrero tiene una mejor capacidad de producción en esta zona.

 

Finalmente, el productor recalcó la importancia de cuidar el suelo realizando la inversión necesaria. “Automáticamente va a devolver y va a hacer mucha diferencia en años difíciles como este», destacó y agregó que si se cuida bien el suelo, se van a obtener buenas cosechas.