El Dr. Francisco Parcerisa, especialista en Genética y Reproducción Bovina, y directivo de la Cabaña Guajhó, ubicada en Caapucú, departamento de Paraguarí, mencionó a Productiva que el proceso riguroso de selección que prioriza los índices productivos en condiciones severas del campo permite lograr reproductores eficientes y adaptados a cualquier ambiente, lo que a su vez posibilita lograr una óptima tasa de procreo, que en el caso de este establecimiento llega a un promedio anual del 80 %. Agregó, no obstante, que el mercado de toros aún está insatisfecho, y si bien la inseminación es importante, más del 50 % de las preñeces se logra mediante el servicio de toros, por lo que todavía es un desafío a nivel país producir reproductores mejoradores.

 

La unidad productiva que se encuentra en la compañía Charara, en el noveno departamento, se dedica al mejoramiento genético de las razas brahman, braford, hereford y brangus, mediante un riguroso proceso de selección sobre campos naturales.

 

El establecimiento produce anualmente alrededor de 110 reproductores que son comercializados a nivel país, además de abastecer los campos de cría de la empresa que se encuentran en Caazapá y en cruce Douglas, Chaco.

 

Para el trabajo reproductivo señaló que lo primero que se realiza es el balance de mineral, ya que el campo tiene una deficiencia de fósforo, posteriormente se realiza la calendarización de los servicios y destacó que las vacas a los 45 días de la parición entran en un sistema de restricción de lactancia, con una condición corporal de 4 a 4,5; en ese momento se hace una ecografía y si ciclan, se realiza la IATF.

 

“Lo que se busca es que la vaca no pierda el estado corporal, no se realiza una resincronización de celos, directamente los toros de la cabaña realizan el repaso, con este modelo reproductivo se está logrando buenos índices de preñez, con un promedio año del 80 %”, resaltó.

 

El productor comentó que actualmente en la cabaña cuentan con 250 vientres registrados, con proyección importante de crecimiento para llegar a 400 vientres, ya que el mercado de toros es insatisfecho y demanda muchos reproductores mejoradores.

 

“Vemos que el mercado de toros todavía está insatisfecho, y si bien la inseminación es importante, hoy más del 50 % lo hace el toro, entonces generar toros mejoradores genéticamente todavía es un desafío en este país y que esté al alcance del productor normal para que pueda pagar”, precisó.

 

“Acá lo que hacemos es seleccionar un reproductor que sea lo más eficiente posible, se resume en eficiencia reproductiva, capacidad de conversión que va a derivar en una mejor condición corporal de las hembras y otras características como funcionalidad, adaptación al medio, al final es una eficiencia productiva que tiene un resultado económico”, afirmó Parcerisa.

 

Las condiciones severas del campo de cría, donde se desarrollan las actividades de mejoramiento genético de la cabaña Guajhó, permiten que los toros producidos en este establecimiento puedan trabajar con eficiencia en cualquier campo a nivel país. Los reproductores se comercializan cuando alcanzan entre 15 y 18 meses.

 

“Condiciones de suelo y de medio no muy favorables, muchas garrapatas, hace calor igual, muchas piedras, también somos pasibles a la sequía, casi todo el campo es campo natural y acá producimos los reproductores, creemos que los que funcionan bien aquí, sin muchas inclusiones de otras condiciones no genéticas, funcionan en cualquier lugar”, aseguró el productor.

 

El profesional explicó que dentro del proceso de selección se toman medidas importantes. Por ejemplo, las vacas que van a producir en el campo desde vaquillas no consumen concentrados, se hace la recría sobre campo natural, se trata de cortar los ciclos de los parásitos, agregando una suplementación mineral para alimentar los microorganismos ruminales, que permitan tener una mejor conversión del pasto, luego se selecciona bajo un parámetro exigente donde las hembras entre los 18 a 24 meses tienen que preñar.

 

Los reproductores machos a partir de un año reciben una suplementación con un concentrado en mezcla de afrecho de arroz con reproductor bovino, al 1 % del peso hasta los 18 a 20 meses. “Eso permite que tengamos reproductores que estén con 420 a 450 kg, independientemente de las razas que usamos y que estén con exámenes andrológicos aprobados, y ahí ponemos a disposición para que la gente los compre”, acotó.

 

Comentó, por último, que las hembras quedan para reposición de la cabaña y además logran comercializar el semen de los reproductores. Recalcó que el mejor marketing es el resultado y el desempeño de los productos que se llevan.

 

[Foto icon-camera : Dr. Francisco Parcerisa, especialista en genética y reproducción bovina, y directivo de la Cabaña Guajhó / Productiva C&M]