El Ing. Agr. Marcelo Berro, responsable administrativo de la parte pecuaria y director comercial del grupo Agro Mertin S.A., en conversación con Productiva explicó que en el confinamiento de recría de la empresa, ubicado en Katuete, Canindeyú, los animales llegan al corral con un peso de entre 200 y 220 kg y alcanzan los 350 kg para pasar a la fase de terminación, etapa en la que reciben una dieta proteinada con silaje de capiaçu, maíz grano húmedo, DDGS y núcleo y registran una ganancia de peso de 1 a 1.2 kg por día. Agregó que la actividad agrícola de la firma, a la cual se dedica hace más de 30 años, es un sostén fundamental para el feedlot.

 

Los animales llegan con 200 a 220 kg en el confinamiento, reciben una dieta proteinada con silaje de capiaçu, maíz grano húmedo, DDGS y núcleo, y en la actualidad implementan, además, avena debido a la oferta que dispone la firma desde su unidad agrícola.

 

“Hasta llegar para la fase de terminación con 350 kg, los animales ganan alrededor de 1 a 1.2 kg por día, con un costo diario de G 11 000, y quedan en la fase de recría en un promedio de 120 días”, aseguró.

 

El profesional indicó que la unidad agrícola de la firma provee prácticamente todos los insumos utilizados en el confinamiento, donde el maíz es cosechado con una humedad de 38 % para el ensilaje y con una infraestructura instalada para el riego de la parcela de capiaçu para prever la producción de alimentos en época de sequía, además de la avena que también es producción propia, por lo que solamente se compra de afuera el núcleo y el DDGS.

 

La capacidad estática del confinamiento actualmente es de 2500 animales y el 50 % se destina a la recría y la otra mitad al engorde final. Ahora están construyendo más piquetes para llegar a 3500 animales para el mes de junio.

 

El grupo Agro Mertin S.A. trabaja en el sector agrícola hace más de 30 años en el país y en el 2017 construyó su primera unidad de recepción de granos, lo que le posibilitó la instalación del proyecto pecuario. “Una cosa llevó a la otra, ya había silo, ya teníamos materia prima y comenzamos con el confinamiento”, afirmó Berro.

 

El proyecto de engorde a corral comenzó con animales para terminación con dieta de maíz grano entero. “Se trabajaba solo con maíz de grano entero y núcleo”, resaltó.

 

La dieta de grano entero exigía trabajar con animales para terminación por encima de los 350 kg, por ser una dieta pesada en energía, lo que implicaba la dificultad de conseguir animales para el plantel del confinamiento, ya que el departamento no tiene una oferta grande de criadores. Ante esta situación, en el 2019 decidieron comprar animales más livianos y realizar la recría en confinamiento.

 

“Comenzamos a buscar opciones para traer del Chaco animales más livianos, llegamos a traer desmamantes de hasta 180 kg para colocarlos en el confinamiento. La recría en confinamiento comenzó en el 2019, luego de trabajar dos años solo la parte de terminación con grano entero aprovechando el precio bajo del maíz, y a partir del 2019 empezamos a hacer silaje de maíz para la dieta de los animales”, acotó.

 

Comentó que la compra se realiza mirando las oportunidades, ya que si bien se prioriza la adquisición de animales más livianos, de entre 200 y 250 kg, si se dan las condiciones, se siguen comprando toretones y vaquillas más pesados para terminación.

 

Señaló que la primera ventaja de comprar animales más livianos está en el precio del flete, ya que la mayor parte de la compra se realiza en la zona de Paraguarí y bajo Chaco. “En un flete nosotros traíamos 45 toretones de 300 a 350 kg, ahora se pueden traer 80 desmamantes de 200 a 220 kg”, afirmó.

 

Enfatizó que la compra de los desmamantes se realiza de una forma criteriosa, con proveedores bien identificados para priorizar la parte genética, buscando un buen desarrollo en el corral.

 

El 70 % de los animales son machos enteros y el 30 %, hembras. La distribución de los alimentos se realiza tres veces al día. Explicó que las vaquillas se mantienen con la dieta de crecimiento hasta la entrega al frigorífico, mientras que los machos cambian de dieta en la fase de terminación.

 

Señaló, por último, que el trabajo de adaptación es importante, ya que los animales vienen de una cría a campo y no están acostumbrados a la batea, por lo que el personal pasa seis veces al día para mover la comida y estimularles a los ejemplares, además de proveerles agua limpia en todo momento.

 

[Foto icon-camera : Ing. Agr. Marcelo Berro, responsable administrativo de la parte pecuaria y director comercial del grupo Agro Mertin / Productiva C&M]