El Ing. Agr. Rodolfo Lovera, directivo del Establecimiento Agrícola y Ganadera Santa Librada S.A y de Lovera Farmer S.A., mencionó a Productiva que el planteamiento de la segunda zafra fue bastante diversificado en la unidad productiva ubicada en el nordeste de Itapúa, con el objetivo de distribuir los riesgos. Es así que destinaron 40 % de la superficie a la siembra de soja (algunas parcelas para producción de semillas), 30 % a maíz, principalmente por su aporte agronómico, y 30 % al sorgo, que ha ganado terreno por su rusticidad y mejor costo. Agregó que la implantación de la segunda zafra prácticamente ya culminó en la zona y que nuevamente faltaron lluvias, por lo que algunas áreas quedaron sin sembrar.

 

Lovera destacó la diversificación de rubros, ya que es esencial para el sistema productivo, debido a todas las dificultades climáticas y de precios que enfrenta el sector. “El productor trata de apostar por distintos cultivos para no poner todos los huevos en un solo lugar, además de trabajar con cobertura que ayuda mucho al suelo y tiene un costo de implantación bajo que no representa riesgo para el agricultor”, expresó.

 

Comentó que el planteamiento de la segunda zafra dentro de la unidad productiva abarca un 40 % de soja de segunda, y dentro de este porcentaje algunos campos son para producción de semillas; un 30 % fue destinado a maíz zafriña y otro 30 %, al cultivo de sorgo. “Por lo que veo aquí en la zona es un cultivo que creció bastante, incluso se ven más parcelas de sorgo que de maíz, incentivado por la falta de lluvias para implantar esta zafriña, con lluvias muy puntuales nuevamente, con chaparrones en algunas partes, por ahí, por el costo el productor optó en mayor medida por estos dos cultivos, más sorgo y soja”, remarcó.

 

Explicó que la implantación de la segunda zafra prácticamente ya terminó en la zona y que nuevamente faltaron lluvias, por lo que algunas parcelas quedaron sin sembrar. «Creo que va a quedar un buen porcentaje de parcelas libres, situación que no se observa en años de buena lluvia; fue difícil nuevamente la condición de este febrero para implantar el cultivo de zafriña”, lamentó.

 

Explicó, por otra parte, que la decisión de optar por el cultivo del maíz fue mas bien agronómica, ya que si se analizan los precios de este cereal y el costo de implantación, es un rubro riesgoso, pero a la vez esencial para el sistema de producción. “Por eso peleamos para realizar, el costo de producción con servicio incluido estaría entre USD 600 y 650, aunque depende de la inversión de cada uno; con el precio de hoy su punto de equilibrio está en torno a 4000 kg”, expresó.

 

Por su parte, aseguró que el sorgo, además de su rusticidad, podría aportarle rentabilidad al sistema, debido a que es un cultivo de menor costo de implantación que el maíz y más seguro porque no recibe el ataque de la cigarrita y tiene una importante demanda de la industria. “El costo del manejo de malezas generalmente es más barato, su costo total estaría en USD 400 y su punto de indiferencia entre 2800 y 3000 kg, dependiendo del precio”, acotó.

 

En cuanto a los rubros de invierno, señaló que tienen planteado sembrar trigo, cultivos de servicio, algo de canola y además van probar por primer año la carinata.

 

Respecto a la zafra principal, recordó que fue bastante irregular en el nordeste de Itapúa, pues hubo lluvias focalizadas y los rindes fueron bastante variables. “Creo que la mitad para bajo de Itapúa fue una zafra más difícil y más hacia el norte con rinde regular a bueno, pero también afectada por los precios bajos”, afirmó.

 

Señaló, por último, que el punto de equilibrio dentro de la zafra normal de soja con los servicios incluidos rondó los 2000 kg por hectárea en campos propios y en parcelas alquiladas estuvo entre 3000 y 3200 kg, mientras que el promedio en esta región del país se mantuvo entre 3000 y 3500 kg por hectárea.

 

[Foto icon-camera : Ing. Agr. Rodolfo Lovera, directivo del Establecimiento Agrícola y Ganadera Santa Librada S.A y de Lovera Farmer S.A. / Gentileza]