Con el objetivo de conseguir resultados promisorios en corto tiempo y sostener el cultivo de sorgo a mediano y a largo plazo, la consultora MAS Investigación y Desarrollo Agronómico, la Universidad Nacional de Itapúa y productores delinean trabajos en conjunto para generar datos sobre los insectos que atacan al sorgo, especialmente el pulgón amarillo, una plaga nueva que está teniendo fuerte presión en este rubro alternativo posicionado en la presente campaña. Referentes de estas instituciones mencionaron en Nación Productiva que es necesario generar informaciones válidas, como umbral de daños, productos adecuados, fluctuación poblacional, la eficacia de los productos, ya sean químicos o biológicos, y el manejo integrado.

 

La Ing. Agr. Stella Candia, entomóloga y directora de MAS Investigación y Desarrollo Agronómico, mencionó en el agroclásico de los domingos que el primer esfuerzo entre la academia y la consultora debe ser la realización de un estudio molecular para saber la especie de pulgón amarillo que tenemos en Paraguay de forma mayoritaria. “Si tenemos el sorghi o tenemos sacchari; los sacchari son vectores de virus, así que si tenemos el sacchari tenemos que alertarles a los cañicultores y ver un trabajo conjunto”, acotó.

 

Mencionó que están haciendo un lobby para realizar un acuerdo de trabajo conjunto entre la Universidad Nacional de Itapúa y la consultora MAS, con el objetivo de recibir pasantes que puedan hacer tesis de alta calidad en la consultora. Además, también se contempla ofrecer charlas técnicas desde la consultora y trabajos de investigación, a fin de unir los recursos de ambas instituciones. “Con esta base creo que muy pronto tendremos resultados promisorios para sostener el cultivo a mediano y a largo plazo; la idea es una vez generados los datos mostrarlos rápidamente en charlas técnicas y días de campo”, remarcó.

 

Por otra parte, la profesional mencionó que las empresas de innovación van a trabajar para registrar los productos para el control de esta plaga, porque a medida que aumente la superficie, se va a necesitar más cantidad de defensivos agrícolas para hacer una rotación de principios activos. “Y si hacemos un monitoreo adecuado, vamos a hacer una o dos aplicaciones, tal vez secuenciales y con eso tener una población más baja”, añadió.

 

Candia explicó que muchos productores ya estaban realizando hasta cuatro aplicaciones. “Algunos utilizaron carbamato, otros usaron productos biológicos, el productor también está en una situación de pruebas, por eso es importante el papel de la academia para generar datos válidos de umbrales de daños, productos adecuados, fluctuación poblacional”, resaltó.

 

Precisó que al ser una plaga nueva no existe un estudio realizado a nivel de daño económico. “Como consultora y como academia es nuestro primer trabajo de estudio. La universidad de Cansas de Estados Unidos tiene un nivel de daño umbral económico de 50 a 125 individuos por planta en la prefloración y un 20 % de plantas atacadas, y en la posfloración de 30 % de plantas atacadas y mantiene de 50 a 125 individuos por planta”, comentó.

 

Mientras que en Argentina el nivel de umbral de daño baja a 20 % de plantas atacadas y 50 pulgones en una planta. “Eso creo que es lo más real que debemos usar en Paraguay; sin embargo, nos conviene tener datos locales ya que es un cultivo alternativo, y la plaga puede ir aumentando dentro del sistema agrícola en otras regiones con el cultivo de sorgo”, alegó.

 

La profesional expresó que una alternativa sería también evaluar los productos biológicos. “Se habla mucho de los bacillus, de las bacterias, también creo que hay entomopatógenos que controlan pulgones, que se deben probar y avaluar. Desde ya tenemos insectos benéficos en el campo, pero no tenemos estructura para criar esos insectos benéficos y liberarlos en el campo”, explicó.

 

Recalcó la importancia de que los actores de la agricultura se reúnan, la academia, la parte privada, para difundir la información y visitar a los productores, realizando charlas técnicas, salidas de campo y ensayos para evaluar alternativas.

 

Por su parte el Prof. Ing. Pedro Acuña, encargado de la catedra de Entomología de la Universidad Nacional de Itapúa, señaló que el sorgo tiene muchos insectos comunes con el maíz, pero el caso del pulgón amarillo es más específico, por lo que afirmó que se va a realizar más trabajos de investigación desde la academia, ya que dentro de la facultad hay carreras de grados y posgrados en las que los estudiantes con los docentes van a realizar las investigaciones. “El trabajo de postgrado está enfocado en el área de protección de cultivos, se necesita conocer la dinámica de diferentes plagas que ocurren en el cultivo de sorgo”, remarcó.

 

Asimismo, enfatizó la necesidad de estudiar la eficacia de los productos químicos, biológicos y el uso integrado de ambos. “Existe la necesidad de desarrollar más datos a nivel local para poder asesorar y brindar mayores informaciones”, concluyó.

 

[Foto: planta de sorgo afectada por el pulgón amarillo / Gentileza Stella Candia]