El cultivo del maíz es un rubro sumamente importante dentro del esquema productivo por sus aportes agronómicos, además de cortar el ataque de plagas y el ciclo reproductivo de malezas de difícil control, coincidieron en Nación Productiva los productores Hugo Mario y Silver González, padre e hijo, y directivos de Tajy Porã S.A., unidad productiva ubicada en Juan León Mallorquín, departamento de Alto Paraná. Agregaron que el costo de producción en esta campaña está en torno a USD 600, con un punto de equilibrio de 3700 kg por hectárea, y que la expectativa de cosecha está entre 7000 y 8000 kg por hectárea.

 

Durante su intervención en el agroclásico de los domingos, ocasión en la que hablamos sobre “Maíz de entrezafra: condiciones, limitaciones y proyecciones de cosecha”, el Ing. Agr. Silver González, destacó la importancia del cultivo del maíz dentro del sistema de rotación agrícola, debido a los beneficios agronómicos que les brinda a las parcelas del establecimiento familiar, además de cortar el clico de plagas y malezas con cierta resistencia en el cultivo de soja.

 

“Sabiendo bien que plantando maíz tenemos una rotación y no tenemos muchos ataques de plagas que vienen de la zafra, también para el control de malezas que vienen del cultivo de la soja, sabemos ahora que el ka’a ruru, la kapi’una, la santa Lucía, son malezas que ya tienen resistencia y con el cultivo de maíz podemos controlarlas y llegar a la zafra con una parcela limpia y óptima”, resaltó.

 

Mencionó que la campaña de segunda zafra arrancó con ciertas dificultades por las pocas lluvias para el inicio de la siembra, pero que fue mejorando en los últimos días de febrero cuando se presentaron precipitaciones más regulares.

 

El profesional precisó que el costo de producción dentro de la empresa familiar para la producción del cereal está llegando a USD 600 por hectárea. “Tenemos que producir 3700 kg por hectárea para llegar a un punto óptimo y poder pagar la producción del maíz”, afirmó.

 

Resaltó que, actualmente, recorriendo las parcelas se pueden apreciar las buenas condiciones de los cultivos. “El clima ayudó; al principio generaba preocupación, no recibíamos las precipitaciones que esperábamos, a partir de los últimos días de febrero recibimos buenas lluvias y estamos esperando entre 7000 y 8000 kg por hectárea en la cosecha”, acotó.

 

Por su parte, Hugo Mario González, enfatizó que como familia y empresa siguen apostando por el campo pese al sacrificio y a varios factores, muchos de ellos externos, que tiene que manejar el productor.

 

“Ojalá que Dios permita y que el tiempo nos acompañe y que la lluvia llegue en los momentos justos para que nosotros podamos hacer nuestra parte y tengamos buen rendimiento, sabemos que el campo no está pasando por su mejor momento, pero somos optimistas que eso va a cambiar”, concluyó.