A cusa de las incesantes lluvias se presentan presiones de enfermedades como la roya asiática (Phakopsora pachyrhizi) en el cultivo de la soja El inconveniente se centra en la imposibilidad de controlarla debido a la falta de condiciones de piso para ingresar con las maquinarias en las parcelas para realizar las aplicaciones, según un sondea realizado por Productiva.
Las constantes precipitaciones, como consecuencia de la incursión del fenómeno climático El Niño, ayudan a un desarrollo normal de las parcelas, luego de un inicio con mucha incertidumbre por la falta de humedad en la etapa de emergencia de las plantas.
Además de la cuestión climática, la situación financiera del productor no es buena. Además de la baja cotización de la soja a nivel internacional y el incremento del precio de los fertilizantes hasta en un 20%, se suman las deudas acumuladas de zafras anteriores debido a problemas climáticos.
El escenario experimentado obligó al productor que apuesta sus fichas en el país a reducir o limitar directamente la aplicación de fertilizantes en los cultivos de soja, situación que sin duda pasaría factura a la productividad de la oleaginosa al final de la campaña.
En áreas con falta de cobertura se tuvieron casos de arrastre de semillas y de erosiones en campos con emergencia de plantas inclusive.
Según técnicos de campo de varias empresas proveedoras de insumos, el punto de equilibrio en esta zafra sería de 2 600 kilos por hectárea en campos propios y de 3 500 kilos en campos alquilados.
El escenario experimentado en terrenos alquilados, en donde se prevé un elevado punto de equilibrio, conlleva a estimar que la superficie sembrada en Paraguay, sufrirá una leve retracción en comparación a la campaña anterior. Si bien las cifras serán proyectadas en el transcurso del mes de diciembre, referentes del sector hablan de que el área estaría rondando las 3,2 millones de hectáreas.
En el lanzamiento de la campaña de soja 2015/16, el Ministerio de Agricultura y Ganadería estimó la cosecha paraguaya en 10 millones de toneladas; sin embargo, a medida que fue avanzando la zafra, la reducción de la utilización de abono, hace suponer que habría una cifra inferior, con relación a las proyecciones gubernamentales.