La propiedad intelectual tiene una gran participación dentro de la agricultura, ya que impulsa la inversión en innovación y desarrollo (I+D) por medio de nuevas tecnologías, por lo que su protección es necesaria para que los nóveles desarrollos generen beneficios económicos.
En la actualidad, toda innovación es considerada indispensable para atender los desafíos que enfrenta la agricultura y así obtener variedades más rendidoras, más sanas, más tolerantes a los diferentes tipos de estrés (sequía, inundación) que aseguren una cosecha exitosa.
Sobre el punto, la Ing. Estela Ojeda, gerente del Instituto de Biotecnología Agrícola (Inbio), coobtentor de las variedades Sojapar, junto al Instituto de Tecnología Agraria (IPTA), señaló que la semilla es el vehículo a través del cual las tecnologías llegan al productor.
“A veces en una semilla se tiene más de una tecnología, generando diferentes tipos de propiedad intelectual sobre la misma; así, por ejemplo, el derecho de obtentor, que está relacionado con el germoplasma, y la patente, que está relacionada a los eventos”, agregó.
Con respecto a los incentivos que generan el desarrollo de un producto o nuevas investigaciones, un informe publicado por la Universidad Austral de Argentina sobre la innovación y propiedad intelectual en mejoramiento vegetal y biotecnología agrícola resalta que “si un nuevo invento fuera total y libremente apropiable, o si existiesen derechos comunes sobre este, los incentivos para su desarrollo desaparecerían. Por el contrario, si se otorgase cierto grado de derecho de propiedad a sus inventores, estas ideas se generarían más rápidamente, porque aumentaría el incentivo para producirlas”.
En una reciente publicación, el diario La Nación se hizo eco de un informe según el cual Paraguay se ubica entre los países menos innovadores de la región. “Según los resultados del Índice Mundial de Innovación 2020, elaborado cada año por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), Paraguay se encuentra en la séptima posición de las economías más innovadoras de América Latina y 97 entre 131 naciones y sufrió un retroceso en comparación a su posición en el 2019”.
En el artículo publicado un experto afirma que para mejorar su posicionamiento nuestro país debe aplicar políticas que beneficien la investigación y el desarrollo tecnológico.
Por otro lado, en la jornada de capacitación virtual sobre Criterios de Examinación de Invenciones Biotecnológicas aplicadas a la agroindustria, organizada por la Dirección Nacional de Propiedad Intelectual (Dinapi) y la Cámara de Fitosanitarios y Fertilizantes (Cafyf), se destacó que “la propiedad intelectual e industrial tiene un rol fundamental para reconocer y proteger los novedosos desarrollos tecnológicos para que la sociedad pueda acceder y beneficiarse de ellos”.
La propiedad intelectual en Paraguay está regida por convenios internacionales y por leyes nacionales. El Inbio, al respecto, resalta que es esencial que nuestro país se mantenga siempre dentro de estos regímenes para no desalentar a potenciales inversionistas, ni atentar contra nuevos desarrollos tecnológicos que beneficien a la economía del país.
La utilización de semillas provenientes de un sistema de producción de semilla certificada y/o fiscalizada también es el mecanismo a través del cual se reconoce la propiedad intelectual, lo que incentiva la innovación y el desarrollo en la agricultura.
[Fuente: Inbio]