La producción agrícola en Paraguay se enfrenta cada día más a nuevos desafíos. Por tal motivo, la Agricultura Climáticamente Inteligente (ACI) se presenta como un mecanismo práctico para combatir el cambio climático y lograr un ambiente sostenible.
El Ing. Agr. (M.Sc.) Alfredo Molinas, exministro de Agricultura y del Ambiente y actual asesor agroambiental de la Unión de Gremios de la Producción (UGP), destaca que la agricultura paraguaya ha venido desarrollando y aplicando las buenas prácticas agrícolas de la agricultura de conservación como la siembra directa, la rotación de cultivos (con abono verde y otros rubros como soja, maíz, poroto, sésamo), abono verde de invierno (avena), curvas a nivel, subsolado para romper el pie de arado, manejo integrado de plagas y el uso de variedades de alto rendimiento resistentes al ataque plagas y enfermedades y tolerantes al calor extremo y las sequias – productos de la biotecnología.
Resaltó que estas buenas prácticas de conservación del suelo significan un avance hacia una agricultura sostenible, yendo más allá de cada chacra individual, con un enfoque de planificación de unidad productiva, incorporando los componentes económicos, ambientales y sociales. Agregó que los sistemas agroforestales son una herramienta más aplicable hoy en día entre los productores para convertir la agricultura de conservación en agricultura cada vez más sostenible.
ACI. Molinas menciona que ante estos dos avances en la agricultura paraguaya (agricultura de conservación y la agricultura sostenible) en las unidades productivas, los paraguayos vienen fomentando una unión de gremios entre productores para adaptarse y combatir el cambio climático, por lo cual se está avanzando hacia a una Agricultura Climáticamente Inteligente (ACI); donde se promueve la utilización eficiente de los recursos naturales enfocados en el uso racional y la protección del medio ambiente, implementando las mejores prácticas e introduciendo tecnologías disponibles y adoptando una visión de cadena de valor.
Desafíos. El ingeniero señala que en este desafió clave y actual de la agricultura paraguaya los productores, ya sean de la agricultura familiar (AF) y/o de la agricultura tecnificada (AT), entienden que para la implementación de la ACI todas las unidades productivas deberán contemplar los pilares promovidos por la Organización de la Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO).
Pilares. Entre los mecanismos prácticos para combatir al cambio climático, la FAO menciona el aumento de la productividad de la agricultura sustentable (minimizando el impacto sobre el ambiente) y de los ingresos a través de esta actividad económica. Las BPA también se destacan como recomendaciones técnicas relacionadas con el desarrollo agrícola.
Asimismo, se presenta el concepto de adaptación para reducir la exposición de los agricultores en el corto plazo a los riesgos del cambio climático, mientras se fortalecen sus capacidades para adaptarse a ellos en el mediano y largo plazo. Las buenas prácticas agronómicas también complementan estos pilares por ser medidas, prácticas y obras de uso y manejo correcto de los recursos naturales productivos.
Finalmente, es importante apuntar a las mitigaciones que tienen relación con las actividades y acciones que ordenen y orienten a contribuir con la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), incorporando mejores prácticas productivas y adopción de nuevas tecnologías con especial atención en los procesos de la no deforestación, manejo y conservación de los suelos, ambos como prácticas de sumideros de carbono.
[Fuente: http://ing-alfredo-molinas.blogspot.com/2020/12/paraguay-y-la-agricultura.html?m=1]