Las primeras cosechas de soja, producto de la siembra de inicios de setiembre del 2020, mataron las esperanzas de los productores, ya que las cifras de productividad están entre 1000 a 1500 kg por hectárea, debido al severo estrés hídrico que enfrentaron los cultivos en gran parte de su desarrollo vegetativo y reproductivo, indicó el Ing. Agr. Antonio Tischler a Productiva Radio, una producción periodística de Productiva C&M emitida por Radio 1ro de Marzo, los sábados de 6 a 8 AM.

 

El productor y asesor agrícola indicó que varios productores de la zona de las Colonias Unidas, Itapúa, tuvieron muy malas experiencias en la cosecha de las parcelas que fueron sembradas en la apertura de siembra. “Estos lotes pasaron por un estrés importante y eso, finalmente, ya no se pudo recuperar. Aquí tenemos una gran pérdida, pero queremos recuperar con las variedades medidas y tardías que tienen mejor performance”, aseguró el productor.

 

Expresó que los niveles de humedad mejoraron para aquellas parcelas que fueron sembradas en octubre en adelante. Se estima que estas podrían llegar a los 3000 kg, pero considerando que hubo cosechas muy bajas en la primera etapa, el promedio general estaría rondando los 2200 a 2700 kg por hectárea, dependiendo de cada situación en particular.

 

Tischler indicó que mucho se está hablando de la buena cotización de la soja, que en parte ayuda a bajar el punto de equilibrio, pero es indudable que en esta campaña de igual forma los márgenes serán bajos, porque la productividad será reducida, principalmente en el sur del país.

 

Dijo que algunas personas cuestionaron la decisión de los productores del sur de sembrar en forma temprana la soja, pero explicó que esta situación se presenta porque existe el interés de apostar por el maíz zafriña, que requiere una ventana de siembra entre los meses de enero y febrero, ya que en caso de hacerlo en forma más tardía, se corre el riesgo de perderlo por las heladas que en la región son muy comunes.

 

[Foto icon-camera : Antonio Tischler]