Los productores se enfocan en diferentes alternativas para manejar la presión de las malezas de difícil control. En la zafra 2020/21 el periodo de desecación fue un poco diferente al del año pasado, resaltó el Ing. Agr. João Gracindo Roberto, responsable técnico de Agrosilo Itapúa, unidad ubicada en Mayor Otaño, departamento de Itapúa.

 

Dijo que en la etapa de desecación en presiembra hubo un importante foco para desarrollar las estrategias de control, considerando los intervalos entre el hormonal y secuencial con un saflufenacil.

 

Explicó que en esta campaña hubo una particularidad porque en el intervalo de desecación entre la cosecha de maíz en esta área y la siembra de soja se tuvo un período de estrés hídrico importante, donde antes se tenía mucha incidencia de Conyza spp (buva) y Bidens philosa (picão negro), pero que no tuvieron tiempo de emerger por la falta de lluvias. “Usamos Texaro que es una tecnología disponible desde el año pasado, una mezcla de diclosulam con arylex y un secuencial dependiente del periodo de lluvias”, agregó.

 

Expresó que se tuvo un mayor cuidado respecto a qué productos utilizar, de modo a iniciar con el cultivo de la manera más limpia posible. “Por eso usamos la tecnología Texaro que nos ofreció la empresa Corteva Agriscience, una mezcla de arylex + diclosulam y un secuencial con saflufenacil”, añadió.

 

El profesional dijo que al realizar una evaluación de los hormonales utilizados en la zafra pasada, no tuvieron buenos resultados en cuanto a control de buva; sin embargo, este año con el uso de Texaro no registraron problemas. Además, no fue necesario aplicar glifosato en posemergencia, por lo tanto, logró ahorrar recursos económicos en el control de malezas.

 

Secuencial. Independientemente del hormonal utilizado, el periodo máximo entre aplicación de hormonal y secuencial, en esta unidad no han pasado de ocho días. “Este año los trabajos de Agrosilo Itapúa fueron una prueba de fuego con el herbicida Texaro. Debido a las zafras anteriores la gente tuvo algunas experiencias no tan buenas por el posicionamiento, pero posee una calidad el producto”, expresó.

 

Comentó que este año realizaron un trabajo de evaluación de eficacia de los hormonales arylex, 2,4-D y triclopyr, y observaron diferencias importantes entre los resultados alcanzados con arylex y los otros dos en cuanto a eficacia y residualidad.

 

Indicó que Agrosilo Itapúa utiliza siempre la recomendación de los fabricantes en cuanto al posicionamiento, dosis, volumen de caldo, temperatura y la humedad, que son aspectos muy importantes para tener un buen resultado.

 

Expectativa. Con relación a la zafra pasada se vio un récord de producción, pero en esta campaña no se llegaría a esos niveles. “Se está viviendo un año totalmente adverso por más que la región de Mayor Otaño es bendecida porque llovió”, agregó.

 

Expresó que todos los agricultores de la región están cautelosos por la tendencia de la cotización de la soja y el comportamiento de los mercados. Proyectó un rendimiento de 2500 a 3000 kg en promedio, entre las áreas tempraneras, medias y tardías.

 

Respecto a las plagas, en un año que arrancó con sequía hubo más insectos voladores como el ácaro o los trips, por lo tanto, se utilizaron herramientas específicas. “La idea es que cada productor trabaje de forma preventiva la presencia de plagas es menor que en años anteriores”, añadió.

 

El monitoreo constante es siempre una buena recomendación para el manejo de las chinches. Añadió que muchas veces se espera que aumente la población para comenzar a realizar el control; sin embargo, es necesario tomar acciones en forma temprana, inclusive con productos biológicos más preventivos que están en el mercado.

 

Con relación a las enfermedades, el concepto de manejo preventivo es esencial. “Con los años el agricultor se va adaptando, pero la agricultura es muy dinámica, entonces cada año que pasa el productor es consciente de que el efecto curativo es menos eficiente y más costoso que las acciones preventivas”, resaltó.

 

Indicó que en el caso de esta empresa se trabaja en forma preventiva, incluso incorporando la aplicación cero para “blindar a las plantas desde un periodo temprano, evitando que las pústulas se instalen”, añadió.

 

Expresó que en algunos casos los productores podrán cerrar con tres aplicaciones, pero en aquellos cultivos tardíos, probablemente se deberán realizar cuatro.

 

“Nuestra recomendación como Agrosilo Itapúa es tener en cuenta que la soja con esta tecnología tiene resistencia y tolerancia a la roya. También se tienen que considerar otras enfermedades de final de ciclo que son tan importantes como la propia roya”, añadió.

 

Agregó que es recomendada la aplicación de multisitios desde el primer ingreso con la pulverizadora. “Este año trabajamos con Vessarya y la expectativa es muy grande por los resultados que viene entregando”, añadió.

 

La segunda aplicación trabajó con Viovan y Mancozeb por los beneficios que están demostrando. “Viovan ya lo usamos el año pasado y pretendemos seguir usándolo en las áreas recomendadas para nuestros clientes”, acotó.

 

Además de la humedad propicia y la poca presión de enfermedades, los cuidados a lo largo del proceso, como un cultivo bien implantado, correctamente distribuido y con semillas de calidad, favorecieron la buena performance de la parcela.

 

[Material publicado en el segmento Actividad de la edición Nº 75 de enero de Revista Productiva, página 30]
[Foto  icon-camera : Revista Productiva]