Un grupo de investigadores de Estados Unidos descubrió un gen clave que podría ayudar a adaptar a los cultivos a las temperaturas más cálidas que afectan los rendimientos de las producciones agrícolas.
Desde la Universidad Riverside de California, Estados Unidos, científicos hallaron la clave para desarrollar cultivos tolerantes al calor, ya que identificaron el gen sensor de calor que ayuda a las plantas a percibir el calor. Es el segundo gen identificado que está involucrado en la detección de temperatura.
Sobre el punto, Meng Chen, profesor de botánica y ciencias de las plantas de la UCR, explicó que la identificación de este gen es importante ante la necesidad de contar con plantas que soporten temperaturas más cálidas, que tengan más tiempo para florecer y alcancen un período de crecimiento más largo.
El trabajo publicado en la revista científica Nature Communications señala que los técnicos localizaron un primer gen, llamado HEMERA, hace dos años. Posteriormente, realizaron experimentos para conocer si podían identificar otros genes involucrados en el control del proceso de detección de temperatura.
Por lo general, las plantas reaccionan a cambios de incluso unos pocos grados en el clima. Para este experimento, el equipo de investigación comenzó con una planta de Arabidopsis mutante completamente insensible a la temperatura, y la modificaron para volver a reactivarla una vez más.
En consecuencia, el examen de los genes de esta planta mutada dos veces reveló el nuevo gen, RCB, cuyos productos trabajan en estrecha colaboración con HEMERA para estabilizar la función de detección de calor. Chen indicó que “si anula cualquiera de los genes, su planta ya no es sensible a la temperatura”.
En este proceso se requiere que tanto HEMERA como RCB regulen la abundancia de un grupo de reguladores genéticos maestros que cumplen múltiples funciones, reaccionan a la temperatura y a la luz y hacen que las plantas se vuelvan verdes. Estas proteínas se distribuyen a dos partes diferentes de las células vegetales, el núcleo y los orgánulos llamados cloroplastos.
En el futuro, se tiene como finalidad comprender cómo estas dos partes de la célula se comunican y trabajan juntas para lograr el crecimiento, el enverdecimiento, la floración y otras funciones. En una última instancia, el objetivo es modificar la respuesta a la temperatura para garantizar el futuro de nuestro suministro de alimentos.
[Fuente: UC Riverside y ChileBio]