El desafío de producir más en los campos ya desarrollados o de establecer estrategias para producir en campos marginales o degradados es una constante en la actualidad. En esta oportunidad, presentamos el trabajo realizado en Estancia Tarumá, ubicada en Yuty, departamento de Caazapá, en donde un campo ganadero tradicional cambió de chip y hoy incorpora un sistema denominado puente verde, que ayuda a elevar la capacidad productiva de reserva forrajera, además de mejorar la condición de los suelos degradados para aumentar la productividad de los cultivos agrícolas incorporados a este proyecto.

 

En una jornada de campo organizada por Granusa, junto a Sustentap Agricultura de Precisión, se presentó el sistema de trabajo empleado por la familia Burró, que sirve de referencia para dar un salto productivo en esta región caracterizada anteriormente por el desarrollo de una ganadería tradicional de baja carga y campos marginales improductivos.

 

En una de las paradas, donde se expuso la parcela de maíz de entrezafra en la que se emplea el sistema de puente verde, Eduardo Szumega, gerente de Orotec, sucursal de Bella Vista, expresó que esta superficie donde el cultivo principal es el maíz y que se encuentra en plena etapa reproductiva, se sembró al voleo avena con una maquinaria preparada especialmente para el efecto.

 

Este sistema denominado puente verde consiste en permitir la siembra al voleo de la avena cuando el maíz se encuentra entre 20 a 30 días antes de la cosecha. En ese tiempo la avena se desarrolla entre 20 a 25 cm de altura, por lo que cuando se cosecha el maíz, esta ya muestra su follaje y, en consecuencia, puede recibir a los animales.

 

Este manejo permite adelantar entre 20 a 25 días el proceso de ingreso del ganado dentro del campo de pastoreo, con lo cual se gana peso. Este esquema eleva la rentabilidad del campo, porque prácticamente se adelanta un mes el engorde de los animales.

 

Además de tener un recurso forrajero adicional como la avena, también se emplea una práctica que ayuda a mejorar la condición del suelo degradado, mediante ese consorcio de maíz y avena que ayuda a adherir materia orgánica al suelo, enriqueciéndolo paulatinamente.

 

“Aquí nos enfocamos más en la parte de la cobertura porque es un campo agrícola-ganadero, entonces tenemos para mostrarle al productor que va a tener beneficios económicos a largo plazo en la medida que él siga aplicando y trabajando en la forma que el técnico fue indicándole”, explicó.

 

La asistencia prestada a Estancia Tarumá, mediante una alianza que tiene con Sustentap Agricultura de Precisión, posibilitó la incorporación de un equipo con tres funciones específicas que permiten cumplir con los desafíos de este establecimiento para fortalecer el puente verde.

 

Con la Stara Imperator 3.0 se puede efectuar tres actividades diferentes. Se pueden aplicar correctivos agrícolas en las barras en forma líquida, sistema de distribución de sólidos sólidos y al cerrar toda la barra al tanque, se puede colocar el producto sólido (cloreto, urea, potasio) para esparcirlo en el extensor de la barra. De esta manera, se logra tener una sola huella dentro del campo, además de que en la parte sólida se pueda aplicar, a través de las barras, semillas de cultivos de cobertura como avena, crotalaria o nabo forrajero antes de la cosecha de maíz o de soja zafriña e inclusive hay experimentos con canola y trigo.

 

“Al cosechar el maíz o la soja zafriña se tiene una cobertura verde debajo de lo que se cosechó, entonces el suelo nunca queda desnudo”, añadió.

 

Agricultura de precisión. El Dr. Enrique Hahn, director de Sustentap Agricultura de Precisión, comentó que en estos campos degradados se encontró la necesidad de aplicar cal agrícola en torno a 4000 y 6000 kg por hectárea. Además, se observó una deficiencia de potasio que fue aplicado a una razón de entre 200 y 350 kg de cloruro de potasio para hacer los ajustes con un previo análisis georreferenciado y posterior aplicación a dosis variable.

 

“Hemos plantado en los primeros días de noviembre y entramos un poco tarde a la zafra de soja, pero los resultados realmente nos sorprendieron. Teníamos una meta de producción de 2800 a 3000 kg por hectárea, pero después de la aplicación nos ha sorprendido gratamente que en el primer año de corrección hemos encontrado parcelas de 130 hectáreas con un rendimiento medio de 4200 kg/ha y otras con 3900 kg/ha, cerrando así una media de 3300 kg/ha en el primer año. Haciendo bien los trabajos de enmienda podemos tener rendimientos muy altos y nada envidiables a los que se tienen en Alto Paraná, Canindeyú o Itapúa”, refirió.

 

Manifestó que el objetivo es tratar de generar alimentos de calidad para el ganado y también producir en suelos clasificados como ultisoles o alfisoles, que tienen capacidad de intercambio catiónico muy bajo y deficiencia de calcio, magnesio y potasio. “Estos suelos tienen un futuro muy grande y el departamento de Caazapá posee un potencial y futuro también de desarrollo agrícola muy importante. Hoy en día, también requiere un poco más de tecnología e integrar la ganadería con la agricultura para obtener mejores resultados”, expresó.

 

Indicó que el desafío es desarrollar la tecnología de agricultura de precisión, principalmente la corrección del suelo a dosis variable y calibrar los niveles de fertilidad para que exista la comida primeramente en la planta y a la vez, esas plantas también sirvan para integrarlas a la ganadería.

 

Manejo animal. La Ing. Zoo. Naomi Burró, responsable del área ganadera de Estancia Tarumá, comentó que tratan de realizar dos giros productivos al año con base en la reducción de costos y de kilos ganados a campo.

 

Indicó que una de las ventajas que tienen es que estos suelos considerados degradados retienen bastante la humedad. En esa línea fueron buscando las variedades de pastos para suelos bajos que hoy constituyen los 22 potreros manejados en el sistema rotativo semiintensivo. “Manejamos dos zonas distintas en el rotativo y en una de ellas se utiliza un híbrido de mulato, cayman, camello y llanero para categorías más pesadas que van directo a confinamiento y está la otra zona que es con setaria y llanero, que son áreas para categorías más livianas”, explicó.

 

Las rotaciones que están manejando con mucha oferta forrajera son de cuatro a cinco días y la carga en categorías pequeñas está en 2,5 y en 3,5 para las categorías más pesadas. “Aprovechamos y llegamos a 4,5 y después en junio y julio eso va bajando. En general, estamos en 1,9 de carga al año en el rotativo”, indicó.

 

Indicó que la particularidad de la última vuelta de confinamiento fue buscar la estrategia en un año difícil. El desafío trazado fue cerrar los números en forma equilibrada, porque llegó un punto en donde era imposible continuar, por lo que se decidió no incluir el maíz dentro de la dieta. “Utilizamos el triguillo en vez del maíz y ahí logramos abaratar el costo que nos llevó a que cierre el negocio, empatando o no perdiendo tanto”, acotó.

 

En este momento se proyecta trabajar con una estrategia similar, pero arrancando con el ensilaje de pasto camerún como una dieta fría al inicio, pero que vaya pasando a una dieta caliente, como es el concentrado 100 %. “La dieta total es la que siempre vamos a mantener, trabajando con Granusa”, añadió.

 

“Como tenemos un flujo de proyección, a partir de eso vemos hasta dónde podemos gastar en general. Uno de los mayores desafíos que tuvimos al arrancar el 2021 fue apuntar primero a la compra barata, guiarnos por nuestra hoja de ruta y a partir de eso empezar a trabajar”, resaltó.

 

Estrategia. Luego, el Dr. Carlos Osorio, gerente general de Granusa, habló sobre las estrategias eficientes para lograr mejores niveles de productividad en la actividad ganadera, pese al elevado costo de la reposición.

 

Con la situación del maíz e insumos caros lo primero que el productor de carne tiene que ser es eficiente, aprovechando al máximo su pasto y utilizando estrategias de acuerdo con cada categoría. “El objetivo aquí es que se definió una ganancia de peso y sobre la pastura se ajustan los suplementos para llegar al peso ideal. El maíz está caro, pero el ganado está a un buen precio, entonces hay que aprovechar mejor el pasto”, expresó.

 

Es importante discutir sobre qué forma se utilizará el pasto para aprovecharlo de la mejor manera, ya sea natural o implantado. “Si yo consigo poner más kilos por animal por día, es positivo. Se tienen que hacer las cuentas y tomar la decisión para tener pastos y lograr un confinamiento eficiente”, acotó.

 

Luego, Samuel Chávez, responsable técnico comercial de Granusa, comentó las acciones empleadas para pasar de una ganadería tradicional a una más eficiente. “Hicimos un cambio y trabajamos completamente con una dieta sin fibra. Preparamos los insumos y conseguimos sustituir el maíz porque era un momento en el que estaba bastante caro e hicimos una dieta sin maíz, sin fibra, con resultados excelentes”, manifestó.

 

Precisó que en el confinamiento lograron un margen de USD 120 por cabeza en un periodo de 90 días. Agregó que luego pasaron al siguiente punto, que fue optar por la recría y fue una decisión en conjunto. “Compramos animales jóvenes y ganamos peso a pasto con un costo por kilo producido bastante favorable de G 4200 a G 4500. Eso lo hicimos con una suplementación del 0.5 % de un energético, que todavía no sustituye al pasto, pero es una ayuda energética para el animal”, añadió.

 

Resaltó que el punto favorable en esta unidad de producción es generar el alimento mediante la integración agrícola-ganadera, con lo cual se logra desarrollar ciclos productivos en forma más rápida de seis a siete meses, que ayuda a cerrar dos ruedas anualmente.

 

Decisión. A su vez, el Lic. Manuel Burró, propietario de Estancia Tarumá, comentó que estos son campos muy degradados. Se trata de campos naturales que nunca fueron removidos, pero mediante la alianza con Sustentap se realizó un ajuste del suelo, generando una primera producción de soja con buenos resultados y la rotación posterior con el maíz zafriña, que es el insumo principal llevado al campo para dar de comer a los animales.

 

“Pido a toda la gente que está conmigo que todos los metros cuadrados que tiene el campo sean utilizables, ya sean esteros, campos naturales, pasturas, confinamientos porque se tienen muchas hectáreas. Soy más de la parte productiva y de optimizar todo lo que se pueda”, añadió.

 

Luego, Kenzo Burró, responsable del área administrativa de Estancia Tarumá, expresó que tienen un techo en cada ámbito de la ganadera, desde la compra de animales, fletes, comisiones, suplementación a campo hasta la terminación en confinamiento.

 

Explicó que la compra de animales se realiza en forma planificada. Cuentan con un valor de referencia de G 11 500 el kilo para compra de animales de reposición. Si, eventualmente, el precio es menor, se ahorra ese recurso, para luego ver otro factor en donde invertirlo, como es el caso de la suplementación con una cantidad de maíz, pasto camerún, avena y otros, siempre con un techo de un capital anual definido.

 

“Nos conviene mucho más comprar por la zona, así ahorramos el flete y al final del ejercicio todos los gastos que vas cortando alimentan enormemente tu flujo a fin de año. Como ahora lo más caro en el confinamiento es la comida, entonces empezamos a apretar y estamos viendo que realmente tiene su fruto bajar guaraní por guaraní”, destacó.

 

Financiación. Charly Bécker, oficial de cuentas de Banco Regional, acompañó la jornada de campo en Estancia Tarumá. Acotó que la entidad financiera está siempre abocada a la parte de agronegocios con la financiación de maquinarias, pero en este caso, con la financiación de inmuebles. “Con Estancia Tarumá vemos la compra y venta de animales, cría y recría de acuerdo a la actividad que realmente la estancia necesita. Tenemos la financiación de los in – sumos, que serían el capital operativo y en el caso de las inversiones con el tema de las maquinarias. Banco Regional apuesta mucho a la parte agrícola hace mucho tiempo y lo seguirá haciendo”, resaltó.

 

Finalmente, dijo que esta es una región que realmente se manejaba mucho con la parte ganadera por el suelo arenoso, pero con los estudios que se vinieron haciendo con la agricultura de precisión se ve que esta tierra es muy buena para la agricultura, aunque demandará un buen manejo de cobertura y la asistencia para obtener y sostener buenos rendimientos.

 

[Material publicado en el segmento Nota de Tapa de la edición Nº 79 de mayo de Productiva, páginas 20,21 y 22]
[Foto icon-camera : Revista Productiva]