El mercado sigue tratando de determinar el impacto de la pérdida de producción Argentina de soja, y el atraso en la recolección del maíz, en los valores internacionales.
La volatilidad reina en el mercado de granos. Éste sigue trabajando tratando de determinar el impacto de la pérdida de producción Argentina de soja, y el atraso en la recolección del maíz, en los valores internacionales. Al mismo tiempo, también Brasil está en problemas: la falta de lluvias en abril diezmó la cosecha de maíz de segunda. En tanto el trigo se ve arrastrado por los otros mercados.
Mientras todo esto ocurre, el mercado financiero también apoya a los granos con commodities más firmes, respondiendo a un dólar más débil, dándole así impulso a los granos.
En este orden de cosas el foco empieza a ponerse en el reporte del USDA (Departamento de Agricultura de EE.UU.) que se difundirá mañana. Los analistas están proyectando una caída en la producción de soja Argentina de 57 a 55,6 millones de toneladas. Esto brindaría la oportunidad a EE.UU. de exportar más, reemplazando la producción argentina, por lo cual se espera que las existencias finales de ese país bajen de 12,1 a 11,6 millones de toneladas.
En tanto en Brasil las estimaciones iniciales indicaban que por el clima seco en abril, la producción podría caer en unas 5 a 10 millones de toneladas y el mercado había reaccionado a estos datos. Pero a medida que pasa el tiempo y las lluvias no aparecen, la situación se hace más difícil. Esto también podría dar pie a que EE.UU. exporte más mercadería, reemplazando a Brasil como origen. De hecho las exportaciones semanales de maíz siguen muy firmes.
Pero el reporte del USDA en cuestión brindará otra información muy relevante, y que dará un antes y un después al mercado: las primeras proyecciones de oferta y demanda de la campaña nueva. En ese sentido la expectativa pasa por un aumento de stocks fuerte en maíz de cosecha nueva, y una baja para la soja.
En tanto parece algo temprano para que la intención de siembra en la Argentina se traslade con fuerza a estos números. Es posible que el USDA comience con variaciones leves, apuntando a más maíz y menos soja, pero no en las proporciones que se escuchan al momento.
En el mercado local mientras tanto, la recolección está a toda máquina, con complicaciones en las zonas anegadas por la falta de piso tanto en los lotes como en los caminos. La desesperación por levantar la soja, que es muy susceptible a incrementar el daño si se la deja esperando, está haciendo que sea difícil conseguir tanto máquinas para cosechar, como camiones para mover lo recolectado. Pero aun con estas dificultades, esperamos un rápido avance en esta semana para la cosecha de soja. El maíz en cambio, pasó a un segundo plano. Este cultivo soporta mucho mejor los excesos, y por ello se lo supedita a la soja.
Sin embargo, hay una gran necesidad de parte de los exportadores de recibir el maíz que debía ser entregado en abril, y que por las lluvias no estuvo. Los barcos estaban pedidos con anticipación y fueron llegando, pero con lluvias del 1 al 22 de abril, se hizo casi imposible cumplir con las entregas pautadas.
De esta forma los exportadores reclaman a los productores que les entreguen el maíz adeudado, pero los productores quieren enviar a puerto la soja que van trillando. Así las cosas la tensión va subiendo, y la perspectiva ahora es que recién aparezca el maíz una vez que se termine la trilla de soja, y esto implica que se juntará con el maíz tardío.
Fuente: Agrofy News