La expansión de la agricultura precisa de la incorporación de tecnologías innovadoras como los drones, especialmente en cultivos de áreas medianas y pequeñas. Estas herramientas benefician a los agricultores de menor escala al momento de monitorear el cultivo y aplicar agroquímicos.

 

Los drones son una innovación que forma parte de la Agricultura 4.0. Hoy en día, su uso no se limita a tener mapas del suelo o monitorear el cultivo, sino también se utilizan para aplicar agroquímicos, especialmente en cultivos de áreas medianas y pequeñas.

 

Los drones se posicionan como una herramienta adicional que complementa el portafolio de tecnologías con que cuenta el agricultor, y como toda innovación está en proceso de adopción y de regulación en América Latina. Actualmente, China es el país con mayor uso de drones en agricultura del mundo.

 

Durante el webinar “Innovación agrícola y drones”, organizado por CropLife Latin America, Fernando Mora, responsable de stewardship de BASF para Colombia y Ecuador, habló sobre las buenas prácticas agrícolas (BPA) en drones y las ventajas y beneficios que ofrecen con su adopción en la agricultura.

 

“Las aplicaciones de productos fitosanitarios con drones garantizan una eficiencia del 80 % comparadas con otras tecnologías de aplicación como la bomba de espalda o la mochila, que es la herramienta más utilizada en los países andinos y en Centroamérica. Este nivel de eficiencia se refiere a que el producto llega adonde tiene que llegar, es decir, la precisión para llegar al objetivo biológico es alta”, explicó Mora.

 

Otra de las ventajas que tiene el uso de drones para la aplicación de los plaguicidas es que no existe una exposición directa con el operador. El ahorro de tiempo también hace la diferencia, ya que la aplicación con un dron es 50 veces más rápida que hacerla con una bomba de espalda o mochila.

 

Así también, una característica comprobada de los drones es que existe una reducción de hasta el 90 % del agua requerida para la mezcla.

 

José Perdomo, presidente de CropLife Latin America, al respecto, destacó que estos beneficios están relacionados a una mayor productividad, seguridad para el operario y a una mayor protección al medio ambiente que “permiten afirmar que el uso correcto de los drones para la aplicación de agroquímicos contribuye al avance de una agricultura más sostenible en la región”, indicó.

 

En su presentación el responsable de stewardship de BASF puntualizó que hoy es posible alquilar un dron por hora o por hectárea y son muchos los agricultores que se han animado a tener su propio vehículo no tripulado; no obstante, lo más importante de esta tecnología es su manejo responsable y la aplicación de las BPA.

 

Mora insistió en que uno de los momentos claves para que la aplicación sea un éxito es cuando se realiza la mezcla y para ello es fundamental respetar el orden de incorporación de cada producto y calibrar el dron previamente. “Factores como la velocidad del viento, la altura, la temperatura, la humedad relativa, el volumen y el diámetro de la gota son vitales para tener una aplicación óptima”, expresó.

 

Por su parte, el titular de CropLife Latin America señaló que “poco a poco las autoridades en Latinoamérica comienzan a emitir legislaciones que regulan la aplicación de agroquímicos con drones. Brasil, Colombia, México, Ecuador y Costa Rica avanzan en el tema, lo relevante a la hora de regular es motivar y facilitar la adopción de la tecnología y no frenarla”.

 

[Fuente: CropLife Latin America]