El periodo de siembra está prácticamente consumado, con apenas algunos remanentes al cierre de esta edición. El equipo periodístico de Productiva acompañó la siembra en la unidad de producción de Jorge Shinoto, productor en Pirapó, departamento de Itapúa, en donde se destacó la tecnología de inoculación en surcos.

 

El productor que se alzó como campeón en la competencia de soja de la Cooperativa Pirapó en la campaña 2020/21, con más de 5200 kg por hectárea de productividad, comentó que como no es de última generación su maquinaria adaptó la tecnología instalando un tanque para inoculación en surcos y un monitor de siembra para controlar la distribución de semillas de una mejor manera para obtener un rendimiento máximo.

 

Indicó que sembró un 5 % del área al inicio de setiembre y el 10 de setiembre hizo la segunda siembra. El otro periodo de siembra realizado en este campo fue el 20 de setiembre y al final se cerró la actividad en aquellas áreas cubiertas por trigo durante el invierno y que fueron cosechadas a finales del noveno mes del año.

 

Explicó que la inoculación en surco facilita el manejo del trabajo porque 20 días antes de la siembra ya se dispone de los tratamientos de semillas con insecticidas y fungicidas. “Si es que no se hace una inoculación en surco, tengo que preparar el insecticida y el fungicida en poco tiempo para que no se tenga una mayor mortandad de Rhizobium”, acotó.

 

En ese aspecto, comentó que la inoculación en surcos aporta ahorro de tiempo y mejora la eficiencia, debido a que se incorpora al suelo un material vivo que es muy efectivo. “A simple vista no veo tanta diferencia, pero hay que ver con cuidado al sacar las raíces y comparar un poco”, agregó.

 

Indicó que cada día aparece una nueva tecnología y de acuerdo a la disponibilidad del bolsillo, el productor debe estar adecuándola a sus posibilidades para apuntar al máximo rinde en cada parcela. “En un área se debe producir el máximo rendimiento para cada cultivo”, resaltó.

 

Manejo. Expresó que contaba con un cultivo de Brachiaria que hace tres meses fue desecado. Además, tenía un cultivo de maíz en donde realizó una desecación con glifosato más Texaro y luego, una aplicación secuencial con Heat. “En esta parcela que estoy sembrando tenía un cultivo de chía que llegué a cosechar a mediados de julio con una desecación de glifosato con 2,4-D y secuencial con Heat. Posterior a 20 días estoy sembrando la soja sin presencia de maleza y, lógicamente, estamos eliminando algunas semillas de chía que se han caído y que han rebrotado”, resaltó.

 

Indicó que busca cosechar nuevamente 5000 kg, dependiendo del clima. “Desde el inicio de la siembra en la parcela estoy sembrando sobre cultivos de chía con el material BMX Garra. Las condiciones climáticas en estas áreas son excelentes para esta zafra y días atrás tuvimos buenas lluvias, entonces para el inicio de siembra es un buen escenario”, añadió.

 

Enfermedades. Comentó que en estos dos últimos años no se presentaron ataques de roya, pero sí un poco más de enfermedades de fin de ciclo. Por esta razón arrancó la aplicación de fungicidas a los 45 días con triazol. “Luego, voy posicionando las aplicaciones de acuerdo a las condiciones climáticas, con 14 a 15 días en el caso de años lluviosos y en el caso de años secos, de entre 18 a 20 días, dependiendo de la situación”, acotó.

 

Precisó que el 90 % del manejo de enfermedades lo realiza de forma preventiva. “La forma preventiva es mejor para el control de enfermedades y cualquier plaga. Hoy en día el productor tiene que hacer un monitoreo constante de su parcela, hay que recorrer las parcelas”, enfatizó.

 

Finalmente, dijo que en esta campaña existe un gran desafío porque a nivel internacional se incrementaron bastante los costos de las materias primas tanto de la soja como del maíz y detrás de esto, también subieron los precios de todos los insumos. “Ojalá que el clima nos acompañe un año más para tener un buen rendimiento. Aparte de eso, que nos acompañen también los precios”, indicó.

 

Manifestó que mínimamente el costo de producción se incrementará en el orden del 30 %, por lo que debe apuntar a una mayor productividad para obtener una buena renta, siempre y cuando el clima así lo permita.

 

[Material publicado en el segmento Actividad de la edición Nº 84 de octubre de Revista Productiva, página 30]
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