Cuando la sequía se manifiesta es difícil escapar de sus efectos en la agricultura, pero mediante la incorporación de herramientas es posible apuntar a una estabilidad productiva que mínimamente mantenga rindes para cubrir costos. Ese es el concepto de gerenciamiento aplicado en Estancia La Susana de Agroganadera 43 S.A., ubicada en Guayaibí, departamento de San Pedro.

 

El Ing. Agr. Ignacio Ortiz, asesor agrícola del establecimiento, comentó a Productiva la experiencia de cosecha de soja desarrollada que fue complicada debido a las condiciones extremas de sequía. Indicó que fue un año difícil a raíz del déficit de agua que inició en el invierno del año pasado y que junto a las altas temperaturas generó un estrés elevado en las plantas.

 

La falta de agua registrada, principalmente durante noviembre y diciembre de 2021, hizo que los rendimientos del cultivo de soja sean bastante dispares.

 

Mencionó que la siembra se inició entre el 7 y 8 setiembre con una variedad de ciclo largo. Si bien el potencial de rendimiento es de 4200 kg por hectárea, las condiciones adversas afectaron el cultivo, ya que se consiguieron rindes de 1600 kg/ha en promedio. “Tuvimos un quiebre importante de rendimiento en esta primera tanda, producto de la siembra concentrada entre el 8 hasta 25 de setiembre”, añadió.

 

Explicó que las variedades de soja de ciclos más precoces también se vieron dañadas con rendimientos que no alcanzaron 1000 kg.

 

Ortiz precisó que el manejo correcto del suelo, la buena elección de variedades y la inclusión de cultivos de servicios permitieron alcanzar una estabilidad productiva, a pesar de las adversidades.

 

En la unidad de producción el 50 % del área corresponde a variedades de ciclos largos, mientras que un 30 % es destinado a la zafriña y luego cultivos de cobertura. “No hay una necesidad de sacar rápido la soja para entrar con maíz, pero nuestra prioridad es dividir los riesgos atendiendo a que en San Pedro siempre tenemos déficit de agua tanto en diciembre como enero”, acotó.

 

Por otra parte, señaló que existen tres factores que inciden en la productividad: la corrección del suelo, la época de siembra y la elección de variedades. En ese sentido, explicó que la cobertura es una herramienta indispensable para el suelo arenoso con miras a una producción sustentable.

 

En cuanto al sistema de riego, el asesor técnico de Agroganadera 43 S.A. agregó que no es un suplemento, sino un complemento de manejo. “Vamos a encontrar una diferencia de 1000 kg por hectárea en área regada”, refirió.

 

Añadió que el riego necesita una buena cobertura y es una herramienta útil si se le da el uso adecuado. “Tenemos casi 700 hectáreas que van a levantar el promedio en esta campaña”, detalló.

 

Habló también de las recomendaciones para alcanzar la estabilidad productiva mediante el buen manejo del suelo. Sugirió al productor no descuidar la cobertura, corrección del suelo y las variedades de acuerdo al tipo de suelo.

 

Por último, resaltó que un 30 a 40 % del suelo de San Pedro no tolera dos cultivos al año, por lo que se apunta a la soja o el maíz en un periodo; en tanto que el objetivo principal debe estar orientado a disponer de cultivos de cobertura para aprovechar el rubro principal de renta. “Muchas veces ese aceleramiento de hacer dos cultivos al año nos hace poner una variedad de ciclo corto, entonces con 15 días de déficit de agua ya hay un problema. Esas decisiones son las que el productor tiene que planificar y pensar que tiene que hacer de esa manera”, puntualizó.

 

[Material publicado en el segmento Agricultura Productiva de la edición Nº 88 de febrero de Revista Productiva, páginas 16]
[Foto icon-camera : Revista Productiva]